Parece historia de terror pero sucedió en la CDMX. El cuerpo de un bebé se encuentra por casualidad en el contenedor de basura de un penal y hay toda una historia detrás de la que no se habla lo suficiente…

No son noticias sencillas de abordar, no son siquiera «hechos» que creemos posibles cuando los leemos o escuchamos, pero son una clara alarma del deterioro social que estamos viviendo, algo que nos debería de tener escandalizados y dolidos como comunidad y sin embargo, son noticias que se olvidan pronto porque son demasiado incómodas como para repetirlas…

Enero 2022. El cuerpo de un bebé sin vida de aproximadamente tres meses de edad fue hallado en el basurero del Cereso (Centro de Reinserción Social) en San Miguel, Puebla, con una incisión a la altura del estómago, menor que había sido robado en la Ciudad de México. De esto se asume que, el bebé se introdujo a la instalación penal como visita familiar y que se usó para introducir droga.

Una absoluta tragedia. Un delito impensable, un escándalo… o debería de serlo.

Sobre el tema se ha pronunciado la activista y Directora de la Fundación Reinserta, Saskia Niño de Rivera con total indignación; en tanto que las autoridades «están haciendo las investigaciones pertinentes».

La Fiscalía General de Justicia del Estado de Puebla (FGE) compartió que el cuerpo del bebé fue robado (previa exhumación ilegal de sus restos) del cementerio San Nicolás Tolentino en la Alcaldía de Iztapalapa, Ciudad de México. La Fiscalía a cargo ha dado acompañamiento psicológico y económico a los padres del bebé y apoyo para gastos funerarios y su traslado a la CDMX de regreso. El drama se cuenta solo.

¿Cómo es que se pueden exhumar ilegalmente los restos de un bebé sin que nadie lo note?

¿Cómo ingresas a un penal el cuerpo de un bebé sin vida?

¿Cómo dispones del cuerpo de un bebé en el contenedor de basura en un penal de seguridad?

¿Cómo se ultraja el cuerpo sin vida de una persona?

¿En qué momento se considera que se puede ingresar droga a un penal dentro de un bebé sin vida?

¿Dónde están las autoridades y cámaras y protocolos de seguridad de un cementerio, del Cereso o de alguno de ellos?

Estas y más preguntas rondan y duelen en mi cabeza de madre, de mujer, de ciudadana mexicana. ¿Dónde está la sociedad civil pidiendo la explicación de este hecho indigno y fatal?

El bebé se llamaba Tadeo, falleció de una complicación médica al principio de enero, su familia ya lo identificó. Nuestra sociedad está mal de fondo, esto es una alarma inmensa, un foco rojo por donde lo veamos, es nuestro problema, sucedió en nuestro país y es triste y tremendo.

No se trata de hacerlo grande, es enorme; no se trata de hacerlo dramático: es trágico.

Claramente el sistema penitenciario tiene fallas, lagunas y áreas de oportunidad por mejorar, también es claro que muchas de las reclusas no cuentan con apoyo ni interno, ni externo alguno; ni de las autoridades, ni de sus familias.

A veces es la sociedad civil organizada es la que levanta las necesidades, la que nos hace ver otras realidades que creemos ajenas a nuestra vida, como todo aquello que sucede dentro de un reclusorio.

Pero resulta que sí tenemos que voltear a ver lo sucedido, que se trata de una tragedia perpetuada. NO es suficiente solo dar la noticia y creer que hay responsables sin identificarlos aún…

Hay que indignarnos: no es posible que encuentren a un menor sin vida en una institución donde debería predominar la seguridad. Hasta hoy no sabemos para qué lo utilizaron. No sabemos nada. Estamos hablando de la vida de un bebé que estaba en un basurero y que fue encontrado por casualidad..

Me quedo con lo último, «hay que indignarnos», el estado de crisis de los penales en el país se comprueba con esta triste noticia. Un abrazo y empatía a la familia de Tadeo.

Karla Lara


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