La buena nutrición es sinónimo estar bien y sentirse bien. No obstante, esto se ha convertido un fenómeno actual, donde lo healthy, el total wellness y esas corrientes que, básicamente, exigen que estemos y nos mantengamos en forma y saludables todo el tiempo, se han convertido más en una moda que en una verdadera necesidad para estar saludable.
Si bien es una realidad que el ser humano tiene que cuidar de su mente, espíritu y cuerpo, hay muchas exigencias que a veces hacen que todo esto resulte agotador y terminemos tirando la toalla.
Según la Universidad de Carlemany, la buena nutrición y la salud se relacionan “porque la correcta nutrición favorece muchísimo nuestro bienestar. A nivel físico, pero también mental.”
Pero… ¿Cómo podemos alcanzar ese equilibrio entre salud y buenos hábitos alimenticios?
Lograr el balance
Los regímenes alimenticios tan restrictivos sin duda pueden llevarnos al borde y esto, aunque no lo parezca, nos generará una salud emocional frágil.
¿Qué quiere decir esto? Que si estamos súper restringidas llegará el momento en que explotaremos, y entonces pueden venir atracones poco saludables que nos harán sentir culpa y hasta malestar físico.
También el no incluir varios grupos de alimentos al día puede generar que nos sintamos aletargados y pesados o, en algún punto, aburridos de la comida.
Nutrición y estado de ánimo
Otro punto importante es que se ha visto una relación indiscutible entre la alimentación, el estado de ánimo y hasta el comportamiento de las personas. Se dice que aquellos dentro del trastorno del espectro autista tienden a estar más tranquilos cuando no se les incluye alimentos procesados.
Pero no solo a ellos les afecta, cualquiera se dará cuenta de que cuando desayuna frutas con cereales y yogur, por ejemplo, tiene mejor humor que cuando se come café y panes dulces… es impresionante el cambio de ánimo.
Hay que pensar en el balance: nutrición, sabor, textura y gusto
Debemos buscar que nuestras dietas contengan eso que nos hace bien, eso que nos gusta oler y sentir –hasta con las manos- y lo que nos da placer.
No darte tus gustos de vez en cuando podría sumirte incluso en una depresión. Pero por otro lado, enfocarte en “solo lo saludable” puede convertirse en obsesión… lo cual, repetimos, es poco recomendable.
Dulce sin culpa
¿Cómo podemos incluir cosas deliciosas como postres, sin sentir culpa?
Existen dulces que vienen ya de la naturaleza, y que se pueden consumir tanto solos como incorporados en distintas recetas.
Por ejemplo, a veces no pensamos en las pasitas como un postre, pero las uvas pasa de California Rains son peculiares, porque al ser secadas al sol, ya sea sobre bandejas de papel o en la vid, adquieren un sabor naturalmente dulce. No se les añaden químicos o azúcares, por lo que su calidad está garantizada.
Y lo que pocas conocen es que a diferencia de las pasitas de nuestro país o de otros lugares como Chile, su finalidad no es ser vino de mesa, sino que nacen para convertirse en eso: pasitas.
El equilibrio es la clave, así que búscalo también en tus alimentos.
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