Las toxinas que invaden el organismo son factores cancerígenos. Sácale el cuerpo a esta enfermedad con una buena nutrición preventiva.

Para llevarle la delantera a este mal que transforma las células del cuerpo, es importante tomar en cuenta dos aspectos claves.

El primero es que, las células cancerígenas no tienen vida en un medio rico en oxígeno. El segundo, que no sobreviven en un ambiente alcalino.

Una vez que lo sabes, es importante también que comprendas que tu cuerpo está formado en parte por agua, y que esta posee cierta carga de electrones que hacen que el pH en él sea alcalino, lo que fija el oxígeno al agua.

Si tus niveles de energía están bajos, debido a un estrés emocional o por la presencia de toxinas, como las del azúcar refinada, los metales pesados, los conservantes de alimentos y pesticidas, las células de tu cuerpo pasan de ser ricas en oxígeno, a estar bajas del mismo. De ahí la importancia de llevar una nutrición preventiva.

Nutrición preventiva: almacena energía

El consumo de grasas juega un papel primordial en lo que a energía respecta, pero debes tener en cuenta qué tipo de grasas consumir.

Si ingieres grasas trans, estas se encuentran industrializadas y sometidas a hidrogenación, como las margarinas, aceites vegetales, galletas, panes, papas fritas, snacks y otros, que hacen disminuir la capacidad de guardar energía.

Si aparte consumes muchas toxinas que no son eliminadas en su totalidad, esto conlleva a que el organismo se sature, el agua pierda su capacidad de fijar el oxígeno, y con ello su capacidad de producir energía.

Toma conciencia de la importancia de una nutrición preventiva.

¡Elimina toxinas!

  • Comienza con una nutrición preventiva estricta. Incorpora nutrientes vitales de las frutas, las verduras y los granos.
  • Consume como mínimo de uno a dos litros de agua filtrada al día.
  • Ingiere batidos o licuados verdes.
  • Complementa tu alimentación con aminoácidos y minerales que te ayudan a limpiar y nutrir el organismo.
  • Cena liviano, menos es más, así tu sistema digestivo descansará por las noches y eliminará toxinas.
  • Agrega al agua caliente de la bañera un kilo de sal, y depura tu cuerpo con un buen baño.

Para una nutrición preventiva, evita

  • Productos procesados (edulcorantes, especias, aceites, saborizantes, colorantes, conservantes y otros).
  • Beber agua no filtrada, pues esta contiene cloro que te roba la energía.
  • Consumir azúcar refinada (el cáncer se nutre de ella).
  • Ingerir sal refinada.
  • Las grasas trans.
  • Las carnes rojas (acidifican la sangre, por el contenido de ácido úrico).

Las hojas verdes son nuestras grandes aliadas.

Eleva tu energía

  • Consume alimentos no procesados, estos tienen gran cantidad de electrones que suman energía.
  • Aceites no refinados como el de oliva, lino y la mantequilla preferiblemente orgánica.
  • Bebe batidos detox o licuados de hojas verdes, contienen clorofila, aportan energía y enzimas que oxigenan el cuerpo.
  • Ingiere alimentos orgánicos, son menos tóxicos y contienen más minerales.
  • Toma baños de sol para fijar la vitamina D.
  • Descálzate y camina. La tierra emite electrones que recargan el cuerpo.
  • Consume alimentos o suplementos que sean reconocidos como anticancerígenos.

Sabías que…

  • Comer saludable puede realmente prevenir el cáncer.
  • Una dieta que reduce el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, contiene frutas, verduras y granos enteros.
  • Entre el 75 y 80% de los tipos de cáncer, son generados por la acción de agentes externos que actúan en el organismo.
  • Los químicos presentes en los alimentos transgénicos, así como los que son utilizados para su cultivo, provocan tumores en el organismo.

 Toma nota para llevar una nutrición preventiva

Se ha demostrado que el jarabe de maíz de alta fructosa, utilizado en la mayoría de los refrescos, ayuda a metabolizar y proliferar a las células cancerígenas.


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