El mes de la moda empieza en Nueva York, ciudad que nos muestra la parte comercial. Luego nos vamos a Londres, donde vemos el verdadero estilo. Después, nos mudamos a Milán,  donde sentimos el color, lo textil y las emociones que conlleva la industria. Finalmente, llegamos a París, donde todo lo que hemos visto hasta el momento toma sentido.

París se caracterizó por cierta tendencia de sobriedad, capas y capas de ropa sobre tulles en vestidos, pero, sin duda, tuvo cierto romanticismo que hizo de esta tendencia conservadora forzada, algo elegante y un tanto romántica.

Balenciaga mostró su mejor colección a la fecha. Vimos las siluetas punzantes de Cristóbal Balenciaga plasmadas en la actualidad. Mucho de los años 50 en un tono moderno. No fue del todo conservadora, pues se vieron vestidos ajustados al cuerpo. También se vieron atuendos completos de guantes al vestir ¡muy interesantes! De mis favoritos, un accesorio que es una correa para sostener tus llaves. Literal, yo lo necesito; es muy chic y práctico. Si Holly Golightly viviera, sin duda lo usaría.

Dries Van Noten, a diferencia de lo que estamos acostumbrados, fue bastante simple. Si bien siempre se ha definido como un ‘outsider’, Van Noten lució ‘mainstream’. Vimos estampados interesantes, no como patrones, sino como diseños en diferentes prendas de vestir. Esto fue inspirado en el Art Brut, concepto conocido como el estar “fuera del arte”. Interpretando su colección, en comparación con las anteriores, Van Noten salió de su zona de confort.

Balmain fue futurista. Usó un patrón de telas holográficas y vestidos plissé inspirado en Madame Grès. En su desfile, los invitados podían jugar con un filtro de Snapchat diseñado por él. Esto es curioso, porque esta plataforma está dirigida a un sector joven en el nicho de los ‘millenials’ y esta fue la colección más conservadora de Balmain. Entre PVC y Vinilos sí se vio cierta sensualidad, pero también seguimos viendo las capas entre capas de ropa y atuendos cerrados.

Miu Miu fue súper interesante. Mucho mejor para Miuccia, luego de un Prada que nos dejó confundidos. Vale destacar que Marc Jacobs estaba en primera fila y él siempre eleva el show para que tenga cierta importancia. Inspirada en los años 50 y los 60, vimos un estilo femenino rebelde, muy ‘rock chic’. De mis favoritos, los ‘Trench Puffy Coats’ de vinilo y cuero, los zapatos, ¡todos!, en especial los inspirados en la época de Marie AntonietteMM Paris, creadores de arte y diseño, estilaron el show de MIU MIU y son parte de la campaña publicitaria, usando tipografías especiales con ilustraciones de las modelos en ella; y, en verdad, es fabuloso.

Thom Browne deconstruyó lo sexy y lo reconstruyó en una silueta muy ingeniosa, de vestidos al talle de encaje con aplicados floreados que fueron un sueño. Vimos mucho del corte ‘1950 Dior’‘The New Look’, por lo que la tendencia del pasado se sintió al igual con cierta conservación, pero todo muy romántico, muy dramático y nostálgico, dándole al tema una belleza propia. Mi favorito fue una chaqueta de boleros, hecha de bordados de rosas.

Commes de Garçon, en su vanguardismo, creó un estilo. ‘Commes de Garçon Camps’, inspirados en las notas ‘On Camp’, de los ensayos de Susan Sontag 1964. Esto es un valor agregado y la moda lo necesita. Me explico, hoy en día un estilo de moda como el ‘punk’ perdió esa rebeldía que lo caracterizaba. El Camp ofrece un renacimiento de progreso en la moda y se vio en las fabulosas y felices siluetas que contaban una fantasía en creolinas, encajes y flores.  

Finalmente, tenemos Chanel. Karl Largerfeld debe ser el mejor pronosticador de tendencias en términos de moda. Él se anticipa a lo que viene, los explica y siempre está un paso por delante de lo que va a pasar. Mostrando lo que parece una afinidad con la naturaleza en sus últimas colecciones, un rosal francés para Alta Costura, una réplica de los acantilados y rugientes cascadas de Gorges du Verdon, para su previo show prê-à-porter anterior, y para la pasarela de Métiers d’Art, la re-locación en Hamburgo, en el puerto donde nació. Sin duda, la conexión de la naturaleza y la moda nos muestra un sentimiento mucho más honesto y nos hace sentir una conexión directa entre el atuendo y nuestras emociones. Esta última fue un bosque otoñal, donde la melancolía fue hermosa. Pasamos de tonos monocromáticos en cada atuendo, bastante recubiertos y muchas chaquetas sports, entre capas de lujo, a más libertad y color; además del glamour del vestido negro acompañado por guantes largos color rosa fucsia.

Esta colección fue chic en su máxima expresión y nos lleva a pensar que lo que viene es ese glamour que caracterizó a la mujer durante las décadas de los años 50, 60 y 70, cuando progresivamente consiguieron libertades por sí mismas y que, en su momento, las empoderaron, cosa que necesitamos justo ahorita.

Gabi Ramos

Gabi Ramos


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