En el pequeño pueblo de San Isidro, la abuela Francisca era famosa por su pan de judías negras. Su receta era un tesoro familiar, transmitido de generación en generación. Decían que el secreto estaba en la levadura, una masa madre que había sido alimentada durante décadas con harina de trigo integral y jugo de caña.

Cada mañana, antes del amanecer, Francisca encendía el horno de leña y amasaba con fuerza la masa, infundiéndola con su amor por la tradición. El aroma del pan recién horneado se esparcía por todo el pueblo, atrayendo a vecinos y visitantes ansiosos por probar un bocado de ese sabor único, que evocaba recuerdos de infancia y celebraciones familiares.

Aquí te compartimos la receta de la querida abuela del Chef, con la que creció disfrutando. Este pan ahora se hornea diario y se sirve a los invitados de Valle después del quinto tiempo.

Pan de judías negras, receta original y sencilla

Pan de judías negras, receta original y sencilla

PAN DE JUDÍAS NEGRAS

Porción: 25 panecillos

Ingredientes:

  • 1350 g de harina
  • 2.5 cucharadas de sal
  • 30 g de azúcar
  • 21 g de levadura instantánea
  • 720 g de agua
  • 1200 g de alubias refritas

Preparación:

  1. En una batidora, añade la harina, la levadura, el azúcar, la sal y los frijoles refritos. Con el gancho amasador, mezcle bien durante 5 minutos a velocidad baja. Mientras tanto, calienta el agua hasta que esté tibia. Una vez caliente, añade agua a la mezcla. A velocidad baja incorpora el agua a la masa hasta obtener una mezcla homogénea.
  2. Trabaja la masa a velocidad media-alta durante 15 minutos. Después de 15 minutos, deje reposar la masa otros 15 minutos antes de porcionar en bolas de 1.5 kg.
  3. Coloca papel de pergamino en una bandeja para hornear. Coloca los panecillos dejando algo de espacio, y cúbrelos ligeramente con un paño de rizo, una tapa o plástico (asegúrate de que no haya contacto con los panecillos).
  4. Deja reposar los panecillos en un lugar cálido durante unos 15-25 min, dependiendo del calor, hasta que doblen su tamaño.
  5. Una vez doblado su tamaño, horneamos a 180º C durante 30 minutos hasta que estén dorados. Prueba con un palillo o cuchillo, si sale limpio, están listos. Deja enfriar y disfruta.
Fuente: Roberto Alcocer


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