Cuando empecé a escribir en este blog de Kena, a mis artículos quería incluirlos en un espacio para que tuvieran un tema, y el tema que elegí, que ha sido fundamental desde hace mucho tiempo en mi vida, es el despertar de mi consciencia, pero la cosa no solo es despertar, sino permanecer despierta, y de esto es de lo que hoy quiero reflexionar contigo.

Pues, ¿qué es la vida si la vemos pasar de frente? ¿Si no la cuestionamos y nos preguntamos para qué y por qué a todo? Sé que muchas personas toman las cosas como vienen y disfrutan hacer y vivir conforme las cosas se presentan, y está maravilloso. Es fabuloso que haya miles de formas de vivir la vida, y yo he escogido una un poco intensa; es que no puedo dejarme de preguntar todo, ¿por qué estoy aquí?, ¿por qué en estos tiempos de la historia?, ¿por qué con estos seres con los que comparto?, ¿a dónde voy?, ¿de dónde vengo?, y taaaantas cosas más.

Así ha sido toda mi vida. En mi época adolescente-adulta joven, me sentía muy rara de cuestionarme tanto, incluso muchas personas me decían que para qué tanta pregunta, que ¡ya!, solo disfrutara y dejara de preguntarme… ¡Cómo si eso hubiera sido posible! Y aunque mi deseo era dejar de ser como era, lo intentaba, lo hacía y al rato volvía con más preguntas. Era frustrante y me hacía sentir defectuosa, por tener esta necesidad de cuestionar todo y sentir que “había un error en el sistema”.

No fueron fáciles esos tiempos, mi autoestima estaba por los suelos; entonces sentía que había más fallas en mí, y así…

Hace algunos años comprendí que la capacidad, sí capacidad (no error en el sistema) de cuestionamiento es una habilidad que lleva al individuo a buscar respuestas en los lugares más insólitos y es simplemente la consecuencia de una alma hambrienta y deseosa de respuestas profundas y auténticas. Entonces conforme veía que preguntarme tanto era algo con lo que tenía que dejar de pelear, decidí aprender a vivir con ello, dejé de acercarme a gente que juzgaba mi intensidad y decidí acercarme a los que la promovían. Así fui descubriendo que hay “muchos mundos” en nuestro mundo y cada mundo acepta como “normal” a ciertos individuos que compaginan con ese mundo, así que descubrí el mundo de los preguntones y los intensos existenciales y entonces me di cuenta que no era rara, ni freak ni nada por el estilo; más bien era de esas que se preguntaban y que pertenecían a este mundo de gente.

Así he aprendido a conocerme, dejar de pelearme conmigo de cómo soy, y mientras más acepto estas características naturales en mí, más disfruto y fluyo con quien soy y lo que hago.

Entonces, creo que cuando te das cuenta que hay resistencias en ti con las que has peleado toda tu vida, estás descubriendo que estás despertando, y cuando descubres esas características que te pertenecen y las aceptas y las respetas estás eligiendo permanecer despierta.

En ese proceso puedes ir y venir, porque el proceso de autoconocimiento no es lineal, así que vamos y venimos entre lo que creía ser y lo que estoy siendo, y cada vez reconozco más quién realmente soy y cómo me siento cómoda siendo así. Mientras más cómoda me siento más permanezco en este espacio nuevo y es como aprendemos a permanecer despiertas. Es toda una aventura de expansión y autoconocimiento, autodescubrimiento y sentir que “estoy en casa” estando en mi piel.

No sé cómo sea tu experiencia, yo creo que todos tenemos una forma de empezar a despertar y eso hace sentido con lo que tú vives, entre lo que crees que eres y lo que realmente eres. La experiencia de vida es descubrir esta diferencia y permanecer en la que más te expande y te hace “sentir en casa”. Descúbrete, mírate, acéptate y ve tu luz brillar y mírate florecer, así creo yo que estarás despertando y eligiendo permanecer despierta. Y disfruta con los ojos bien abiertos la vida, esta vida.


Síguenos en redes sociales como @KENArevista: