Sala a todo color

Lo colorido no es para todo el mundo. Pero si quieres atreverte a añadir vivacidad, alegría y estimular tus sentidos, esta nota es para ti. Te presentamos ideas para montar tu sala a todo color y que tampoco sea un lugar estridente.

Unas consideraciones previas para que sea un éxito tu sala a todo color

El chiste de una sala colorida es jugar con los elementos y que aunque parezca que hay miles de colores, realmente tengan un límite en cuanto a la paleta. Una sala a todo color se propone para espacios donde sin importar los metros cuadrados, pegue la luz. De lo contrario, una sala a todo color pero sin luz provoca una sensación de reducción de espacios y de acumulación de objetos… tipo tienda de artesanías, y ese no es nuestro objetivo, ¿cierto?

Tips para lograr una sala a todo color

Que tu protagonista sea un sillón colorido o dos sillas de color.
Si quieres animal print que sea un sillón de una plaza y mejor los tonos lisos para los de dos o más plazas.
A los cojines del mismo, ponles un tope de máximo tres diseños diferentes.
Los cuadros pintorescos son un must, cuida que los marcos sean del mismo color y no compitan con el cuadro en sí.
Un buen espejo siempre añade luz y sensación de espacio a cualquier habitación.
Las salas a todo color son perfectas para meter uno o dos letreros de luz neon.
El estampado tropical está de lo más inn en primavera y verano y no es exclusivo de una casa en la playa.
Adornos y esculuturas, ¡sí!… pero no abuses de la cantidad, recuerda que no queremos que parezca tienda ni venta de garage.
Regla de oro: si ya están muy coloridos el inmobiliario y los adornos, entonces cuida que tapetes, pisos y paredes permanezcan neutros.
Plantas, más plantas y flores: los colores que por naturaleza nos brindó la vida.
Lo blanco, lo negro y los neutros siguen formando parte de una sala a todo color, de hecho se vuelven los descansos visuales, así que no dudes en integrarlos.