
La sexualidad en la tercera edad sigue siendo un tema cargado de prejuicios, pero las personas mayores están demostrando que estos estigmas no definen su realidad. Cada vez más, hombres y mujeres mayores de 60 años adoptan una visión más abierta sobre su vida sexual, enfrentando tabúes y encontrando en esta etapa nuevas formas de disfrutar el placer y la intimidad.
Sexualidad en la madurez: un cambio de paradigma
Durante décadas, se pensó que la sexualidad era exclusiva de los jóvenes. Sin embargo, estudios recientes muestran que la intimidad y el deseo sexual no desaparecen con los años, sino que se transforman. La menopausia y la andropausia pueden modificar aspectos físicos, pero no eliminan la capacidad de disfrutar de una vida sexual plena.
“Cuando cumplí 65, pensé que mi vida sexual había terminado, pero fue todo lo contrario. Con mi pareja exploramos nuevos niveles de conexión”, comenta Carmen Villarroel, una mujer de 67 años.
Este cambio de mentalidad ha sido impulsado por el acceso a información sobre salud sexual, terapias hormonales y una mayor disposición a hablar abiertamente sobre el tema, algo que no era común en generaciones pasadas.
Desafiando los estigmas sociales
Los prejuicios en torno a la sexualidad en la tercera edad no solo provienen de la sociedad, sino también de los propios adultos mayores. Muchas personas cargan con creencias heredadas de una educación conservadora que les impide disfrutar de esta etapa.
Sin embargo, iniciativas como grupos de apoyo y talleres de sexualidad han ayudado a romper estas barreras. Estas actividades no solo normalizan las conversaciones sobre el tema, sino que también educan sobre el uso de métodos de protección contra infecciones de transmisión sexual, un problema que ha crecido en esta población.
“Por fin me siento libre para hablar de mis necesidades. Antes pensaba que era inapropiado, pero ahora sé que el placer no tiene edad. A veces mis hijos se incomodan cuando les comento sobre ese aspecto de mi vida con su madre, pero entienden que somos humanos y que también tenemos necesidad y buscamos placer y amor”, comparte Juan José Rosales, de 72 años.
Beneficios de mantener una vida sexual activa
Una vida sexual saludable no solo mejora la calidad de vida, sino que también aporta beneficios físicos y emocionales:
- Fortalece el sistema inmunológico.
- Reduce el estrés y la ansiedad.
- Mejora la autoestima y el bienestar emocional.
- Promueve la conexión emocional con la pareja.
Además, el contacto físico libera endorfinas y oxitocina, las llamadas «hormonas de la felicidad», que contribuyen al bienestar general.
Consejos para disfrutar la sexualidad en la tercera edad
Para quienes desean redescubrir su sexualidad en esta etapa, aquí algunas recomendaciones:
- Comunicación abierta. Hablar con la pareja sobre deseos y necesidades fortalece la relación.
- Explora nuevas formas de intimidad. Desde masajes hasta juegos previos, la creatividad es clave.
- Consulta a un especialista. Un médico o terapeuta sexual puede ofrecer soluciones para problemas físicos o emocionales.
La sexualidad en la tercera edad no es un capítulo cerrado, sino una oportunidad para explorar nuevas experiencias y formas de conexión. La clave está en despojarse de prejuicios y disfrutar plenamente esta etapa de la vida.
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