La cosmeecorexia es la necesidad compulsiva de comprar y usar productos cosméticos, especialmente aquellos enfocados en la lucha contra la edad. Es frecuente entre adolescentes y adultos jóvenes influenciados por los estándares de belleza y las rutinas que se muestran en las redes sociales.
Si bien una rutina regular de cuidado de la piel es importante, la cosmeecorexia va más allá. Se caracteriza por una obsesión poco saludable por lograr una apariencia perfecta y la creencia de que esto se puede lograr únicamente mediante productos cosméticos.
Cosmeecorexia y sus consecuencias
- Daño en la piel. Usar cantidades excesivas de productos, especialmente aquellos no formulados para pieles jóvenes, puede alterar la barrera natural de la piel y provocar irritación, sequedad o brotes.
- Problemas financieros. La necesidad constante de comprar productos nuevos puede afectar el presupuesto.
- Baja autoestima. Cuando no se obtienen los resultados deseados, puede provocar sentimientos de insuficiencia y decepción.
- Ansiedad y depresión. La presión por cumplir con estándares de belleza poco realistas puede afectar la salud mental.
¿Cómo enfrentar esto?
Enfrentar la cosmeecorexia puede ser un desafío, pero no imposible. Aquí hay algunos consejos que pueden ayudarte:
- El primer paso es aceptar que tienes una relación poco saludable con los productos cosméticos. Identifica los pensamientos y emociones que te impulsan a comprar y usar productos en exceso.
- Un dermatólogo o terapeuta puede ayudarte a comprender las causas de la cosmeecorexia y desarrollar estrategias para afrontarla.
- Enfócate en productos que sean adecuados para tu tipo de piel y necesidades. Consulta con un dermatólogo para que te recomiende una rutina personalizada.
- Recuerda que la belleza no se define por la apariencia física. Enfócate en tus fortalezas y cualidades únicas.
- Limita el tiempo que pasas en plataformas que te exponen a estándares de belleza poco realistas.
- Sigue cuentas que promuevan la aceptación corporal y la autoestima.
- Busca apoyo en amigos, familiares o grupos de apoyo que te brinden aliento y comprensión.
- Dedica tiempo a actividades que te hagan sentir bien contigo misma, como ejercicio, meditación o pasar tiempo en la naturaleza.
Recuerda que el cambio lleva tiempo y paciencia. Sé amable contigo misma y celebra cada pequeño avance.
Foto principal: Freepik
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