El calor, en niveles moderados, es beneficioso para el cuerpo humano. Sin embargo, cuando las temperaturas se elevan excesivamente, pueden generar una serie de efectos negativos que van desde el malestar leve hasta condiciones potencialmente mortales.

Para mantener una temperatura interna estable (alrededor de 37°C), el cuerpo humano cuenta con diversos mecanismos de regulación térmica.

La sudoración encabeza la lista. La glándulas sudoríparas liberan sudor, que al evaporarse, enfría la piel. Le sigue la vasodilatación, que es cuando los los vasos sanguíneos se dilatan, permiten que circule más sangre cerca de la superficie de la piel, donde se enfría. Y por último, los temblores. Estas contracciones musculares involuntarias generan calor.

Efectos del calor excesivo

Cuando la capacidad del cuerpo para regular su temperatura se ve sobrepasada por el calor ambiental, se producen diversos efectos adversos. Entre ellos encontramos el estés térmico, el agotamiento y el golpe por temperaturas altas.

El estrés térmico se presenta con sensación de malestar general, fatiga, mareos, náuseas y dolor de cabeza. Con el agotamiento se intensifican los síntomas del estrés térmico, pudiendo incluir calambres musculares, debilidad y confusión. Mientras que el golpe por temperatura se considera una emergencia médica y se caracteriza por fiebre alta, piel seca y caliente, alteración del estado mental y convulsiones.

Factores de riesgo

Ciertas personas son más propensas a sufrir los efectos del calor, como:

  • Adultos mayores. Su capacidad de regular la temperatura corporal disminuye con la edad.
  • Niños pequeños. Tienen una mayor superficie corporal en relación a su masa, lo que les dificulta disipar el calor.
  • Enfermos crónicos. Diabetes, enfermedades cardíacas y respiratorias pueden empeorar con el calor.
  • Actividad física intensa. Generan más calor corporal y pierden más líquidos por sudoración.

Prevención

Para evitar los efectos negativos del calor, es importante beber abundante agua -incluso si no se siente sed-, evitar la exposición al sol durante las horas pico de calor (entre 10 am y 4 pm). También es recomendable usar ropa ligera, holgada y de colores claros. Tomar baños o duchas frías, comer alimentos frescos y ricos en agua, evitar bebidas alcohólicas y azucaradas y prestar atención a las personas vulnerables.

En caso de presentar síntomas de estrés térmico o agotamiento por calor, es importante buscar un lugar fresco y aireado, beber líquidos fríos y descansar. Si los síntomas son graves o no mejoran, se debe buscar atención médica inmediata.


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