La noche de este domingo 28 se llevó a cabo una de las premiaciones más importantes o, al menos, de las más famosas para la industria musical: los Grammy 2018.

Al ser también uno de los eventos más televisados, el movimiento Time’s Up, que se manifestó hace dos semanas en los Golden Globes, no dudó en hacerse presente en esta premiación por igual.

En la alfombra roja vimos desfilar a varios artistas (mujeres y hombres), donde el protagonista no fue el color negro, sino una rosa blanca para simbolizar paz e igualdad

A pesar de las fuertes críticas, a favor y en contra, que generó este manifiesto y que, incluso, abrió una línea divisoria dentro del feminismo, Time’s Up no quita el dedo del renglón y varias presentaciones se hicieron en su honor. La más sonada y emotiva fue la de la cantante Kesha, quien interpretó su canción «Praying» al lado de Cindy Lauper, Camila Cabello y Andra Day, quienes le imprimieron aún más fuerza y emoción al mensaje de Kesha.

Para quienes no lo recuerdan, Kesha libró una fuerte batalla desde 2014 con el productor musical «Dr. Luke». Ella lo demandó públicamente por abuso sexual y, a partir de esto, un sinfín de críticas le llovieron. Fue llamada mentirosa e hipócrita, no solo por el mismo productor, sino también por la prensa y el público en general.

«Praying», de su más reciente álbum «Rainbow«, es la historia de esta lucha que le costó humillaciones y años sin poder sacar un producto musical.

 

Los mensajes no cantados también tuvieron su lugar, como el de la actriz Janelle Monae, que dijo lo siguiente antes de la presentación de Kesha:

«Trabajemos para crear lugares de trabajo seguros para las mujeres y una nueva cultura libre de acoso sexual. Mujeres, productoras, madres, hijas, hermanas, seres humanos: somos algo serio y, para quienes quieren detenernos, les decimos dos palabras: ya basta, basta del abuso de poder que, al igual que ocurre en Hollywood, ocurre aquí».

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