
El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es el trastorno endocrino-metabólico más frecuente que afecta a mujeres a lo largo de la vida. 1 De acuerdo con la Secretaría de Salud (Ssa) es crónico, degenerativo e incurable y entre 21 y 22 por ciento delas mujeres mexicanas lo tiene ; no obstante, es controlable con medicamentos y hábitos saludables. Por su parte, los trastornos de la conducta alimentaria son comportamientos que se caracterizan por una alteración grave y persistente asociada a pensamientos y emociones angustiantes frente a la comida. Conoce más sobre los trastornos de alimentación en mujeres con este síndrome.
“Casi 70% de las mujeres que tienen SOP también presentan resistencia a la insulina y otras alteraciones como incremento del peso corporal, acné hormonal, caída del cabello e incluso insomnio”, precisa Priscilla Soler, nutrióloga experta en hormonas por el Pacific Rim College de Canadá.De esta manera, “es común la falta de regulación del apetito en mujeres con SOP,por ello es posible que también tiendan a desarrollar trastornos de la alimentación que se caracterizan por pensamientos y actitudes negativas hacia la comida, laalimentación y el peso o la forma corporal”.
Trastornos de la alimentación, una constante en mujeres con SOP
Al respecto, el estudio Prevalence and Etiology of Eating Disorders in Polycystic Ovary Syndrome: A Scoping Review 4 (2024) advierte que las mujeres con SOP tienen un alto riesgo de desarrollar algún trastorno de la alimentación, especialmente bulimia que se presenta 30% más en mujeres con SOP, y el trastorno por atracón es tres veces más frecuente en las pacientes SOP.
Las mujeres afectadas con el síndrome del ovario poliquístico o por los trastornos de alimentación “comparten algunos síntomas como: insatisfacción corporal, ansiedad, depresión y falta de regulación de metabólica que las hace más sensibles al gusto por los carbohidratos”, indica la experta Soler.
5 consejos para mejorar tu relación con los alimentos: Combate los trastornos de alimentación
- Fomenta una relación saludable con la comida. Evita etiquetar los alimentos como “buenos” o “malos”. Todos los alimentos tienen tener un lugar en una dieta equilibrada, suficiente y variada. Aprende a escuchar tucuerpo y a respetar tus señales de hambre y saciedad.
- Promueve una imagen corporal positiva. Acepta y valora tu cuerpo, sin compararte con los estándares irreales de belleza. Rodéate de personas que refuercen la diversidad corporal y el amor propio.
- Evita las dietas muy restrictivas puesto que desencadena conductas alimentarias peligrosas. En lugar de enfocarte en perder peso, busca hábitos sostenibles de alimentación y ejercicio que te hagan sentir bien.
- Habla abiertamente de tus emociones y autoestima. Muchas veces los trastornos de la alimentación están relacionados con dificultades emocionales. Expresar lo que sientes y buscar apoyo psicológico si lo necesitas es una gran forma de cuidar tu salud mental.
- Consulta con expertos médicos y nutriólogos que te brinden tratamiento personalizado basado en tus necesidades de control de SOP y alimentación.
Recuerda que hay suplementos alimenticios que controlan la resistencia a la insulina (como el myo-inositol).
Conexiones invisibles: Cómo el síndrome de ovario poliquístico y los trastornos alimentarios se cruzan
El vínculo entre el síndrome de ovario poliquístico (SOP) y los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) es un tema que merece una atención especial, ya que ambas condiciones afectan significativamente la calidad de vida de las mujeres y están estrechamente relacionadas desde múltiples perspectivas. La coexistencia de estas patologías no solo complica su diagnóstico y tratamiento, sino que también resalta la importancia de abordar la salud física y emocional de manera integral.
El SOP, como se mencionó anteriormente, es el trastorno endocrino-metabólico más frecuente en mujeres a lo largo de su vida, con una prevalencia que alcanza aproximadamente el 21-22% en México. Se caracteriza por alteraciones hormonales, ovulación irregular, resistencia a la insulina y cambios en el metabolismo que pueden derivar en obesidad, diabetes tipo 2 y problemas cardiovasculares si no se manejan adecuadamente. Sin embargo, más allá de sus manifestaciones físicas, el SOP también tiene un impacto psicológico profundo. Muchas mujeres experimentan ansiedad, depresión y baja autoestima debido a los cambios corporales asociados, como el aumento de peso o el acné.
Por otro lado, los trastornos de la conducta alimentaria —como la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón— son patologías complejas que involucran comportamientos alimenticios disfuncionales acompañados de pensamientos distorsionados sobre la imagen corporal y el control del peso. Estos trastornos no solo afectan la salud física por desnutrición o desequilibrios electrolíticos, sino que también generan un sufrimiento emocional intenso.
La relación entre el SOP y los TCA es bidireccional y multifacética
Por un lado, las alteraciones hormonales del SOP pueden influir en la percepción corporal y en los patrones alimenticios. La resistencia a la insulina y el aumento de peso asociado pueden generar sentimientos de frustración e inseguridad en muchas mujeres, lo que puede desencadenar conductas restrictivas o compulsivas respecto a la alimentación. Además, las preocupaciones por la fertilidad o los cambios físicos pueden intensificar los pensamientos negativos sobre uno mismo.
Por otro lado, las mujeres con TCA tienen mayor riesgo de desarrollar síndrome de ovario poliquístico debido a las alteraciones hormonales relacionadas con estos trastornos alimenticios. La ansiedad por mantener un peso bajo o controlar estrictamente la ingesta puede alterar aún más el equilibrio hormonal, favoreciendo la aparición o agravamiento del SOP. Es un círculo vicioso donde ambas condiciones se refuerzan mutuamente.
El abordaje terapéutico debe ser multidisciplinario e integral
Es fundamental que médicos endocrinólogos, psicólogos y nutricionistas trabajen en conjunto para ofrecer un tratamiento personalizado que contemple tanto las necesidades físicas como emocionales. La terapia psicológica puede ayudar a modificar pensamientos distorsionados sobre la imagen corporal y reducir la ansiedad relacionada con la alimentación. La educación sobre hábitos saludables y una alimentación equilibrada son esenciales para controlar los síntomas del SOP y prevenir complicaciones futuras.
En conclusión, reconocer la estrecha relación entre el síndrome de ovario poliquístico y los trastornos de conducta alimentaria permite una intervención más efectiva y humanizada. La sensibilización social acerca de estas condiciones ayuda a reducir estigmas y promueve una cultura de apoyo hacia quienes enfrentan estos desafíos. La salud mental y física deben abordarse como partes integradas del bienestar general; solo así será posible mejorar significativamente la calidad de vida de las mujeres afectadas por estas condiciones interrelacionadas.
¿Sabías que?…
Las mujeres con síndrome de ovario poliquístico tienen hasta un 50% más de riesgo de desarrollar trastornos de la conducta alimentaria, como la bulimia o la anorexia. Esto se debe a que las alteraciones hormonales y las preocupaciones por la imagen corporal pueden desencadenar comportamientos disfuncionales relacionados con la alimentación.
Fuente de Holiherb , modificada por Mariel Gadaleta
Fotos Freepik
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