Si quieres escapar del acelere, la rutina y el caos, lánzate a Villas Flamingos, el hotel joya en las playas paradisíacas de Holbox.
Como amante de viajar, venía de una racha muy internacional: Dubai, Egipto, Bogotá, Machu Picchu, La Habana, Varadero, Las Vegas… así que con boleto en mano a Cancún, tuve el atrevimiento de pensar “Mñeh, ahora sólo voy a Holbox”.
¡Y qué equivocada estaba!
(Holbox, perdóname por favor)
Holbox es una isla ubicada relativamente cerca de Cancún a la que se puede llegar de diversas maneras. Como nosotros lo hicimos fue volar de la CDMX a Cancún, tomar un taxi privado 2.5 horas hacia Chiquilá (también hay servicio de autobuses como ADO) y luego tomamos el ferry que sale cada 30 minutos hacia Holbox; ese trayecto dura como media hora y de pronto hay cantantes amenizando el momento.
Llegando a Holbox nos recogió un Can-Am, que son los taxis de la localidad (no hay carros), y en 15 minutos o menos estábamos en la puerta de Villas Flamingos, uno de los hoteles más bonitos de la isla, cuyo lobby es una cosa BELLÍSIMA, no sólo por la gran palapa hecha de bambú, sino porque el piso es de arena (primera vez en mi vida que veo esto).
Sobre la construcción, déjame te cuento que surgió después de un incendio en 2014, cuando todavía no había bomberos en la isla. El hotel contrató al arquitecto Alejandro D’Acosta, quien diseñó lo que hoy es una palapa gigante, hermosa e imponente con un toque muy minimalista, sofisticado y moderno.
VILLAS FLAMINGOS, UN ENFOQUE HOLÍSTICO
Clases de cocina, mixología, yoga, sonoterapia, show de magia, ceremonia maya, cenas románticas a la orilla del mar, música en vivo y hasta clases de salsa se ofrecen como cortesía o con costo extra a todos los huéspedes de Villas Flamingos, el penúltimo hotel antes de comenzar la zona resguardada de la isla donde no se construye nada (se llama Reserva Natural Yum-Balam).
Además de tener unas instalaciones divinas (de verdad sentí que me faltó tiempo para desquitar todas las áreas), acaban de remodelar y equipar con amenidades las 41 habitaciones que conforman el hotel; aquí hablamos desde cosas básicas como shampoo y cepillo de dientes hasta tu propia cafetera y jacuzzi dentro de la habitación. Mi habitación tenía incluso dos regaderas, una adentro (normal) y una en un especie de balcón privado (que nunca me animé a usar).
Las dos nuevas categorías de suites se llaman Bambú y Luminiscencia, y en palabras de los socios son el resultado de una obsesión por ofrecer a los viajeros una estadía excepcional que cautive los sentidos y los inspire a regresar a Holbox todas las veces que sea posible.
EN MI EXPERIENCIA
El hotel tiene muchos detalles icónicos como los pies entrando a la playa, donde seguro te vas a querer tomar unas fotos al atardecer. También cuenta con unas albercas negras, que hacen alusión al propio nombre de la isla, pues en Maya “Hol” es hoyo o agujero y “Box” es negro u oscuro. Al parecer le pusieron así luego de la explosión de algunos volcanes en la zona.
Otra cosa que seguro vas a visitar son: 1) el spa, 2) las albercas –dos sólo para adultos y una familiar– y 3) el restaurante Mangle, pues ahí se ofrecen los desayunos gourmet, así como las comidas y cenas de calidad internacional. ¿Mencioné que hay 3 bares para disfrutar de una coctelería de primer nivel?
El spa se llama Nyuh y es un oasis para encontrar el balance entre cuerpo y mente; yo me hice un masaje de 90 minutos ¡y OMG! Lo disfruté muchísimo, acabé súper relajada.
Como te dije, me faltó tiempo para disfrutar todos los espacios porque ojo, uno que es freelance y trabaja donde puede, el wifi funciona perfecto a lo largo y ancho del hotel, entonces arriba del lobby hay como un área de coworking, ¡padrísima! Obviamente entras en la disyuntiva de “¿Trabajo aquí cómodamente o prefiero estar viendo el mar o mejor me voy a mi cuarto con el aire acondicionado?”.
Sólo como tip, ¡llévate tu Picosend Protect porque los mosquitos están cañones! Aunque lo mejor es la resignación… Fíjate que hay unos mosquitos que se llaman “chaquiste” que no tienen olfato, entonces a esos el repelente les hace los mandados y la neta sí son un dolor de ovarios, me dejaron toda roja, pero ni así me metí a mi cuarto; hubo un día que a la medianoche nos fuimos a caminar por la playa por aquello de la luminiscencia y fue increíble. Otro tip: mueve el sargazo con la mano para activarla.
Antes de terminar, quisiera contarte que me prestaron una de las bicis del hotel y me fui a la otra esquina de Holbox, que se llama Punta Cocos… A ver, contexto: donde está el hotel es Punta Mosquitos y el otro lado es Punta Cocos y no hay nada oculto; en una hay muchos mosquitos y en otra hay muchos cocos (de $50 y $100 pesos, todavía me acuerdo cuando costaban $20).
La cosa es que al regresar de Punta Cocos me paré en el Refugio Animal de Holbox, que es una experiencia que te recomiendo mucho hacer porque te prestan un perrito del albergue para que lo saques a pasear, y es súper lindo porque son muy educados y agradecidos. Esto es totalmente gratis, no tienes que pagar ni nada; obvio si quieres dar un donativo, qué padre, pero si no traes efectivo, don’t worry.
¡Ah, el dinero! Lo mejor es que te lleves cash porque no hay muchos cajeros y para las propinas considero que siempre es mejor dejar billetitos que andar viendo si te aceptan la tarjeta. Yo honestamente casi no salí del hotel, pero lo que me dijeron fue que aunque los lugares sí aceptan tarjeta, todos prefieren el efectivo, así que tómalo en cuenta.
Para animarte a que vayas, checa el súper descuento que tienen (sujeto a disponibilidad): 40% + 10% en estancias en septiembre y octubre 2025 y mayo y junio 2026. Ojo: no aplica en categorías como Vista Mar, Bambú y Luminiscencia.
Reserva ya tus vacaciones inolvidables en www.villasflamingos.com o escribe a @flamingosholbox en todas las redes sociales.
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