Las conversaciones difíciles con nuestros hijos son importantes porque nos ayudan a crear vínculos fuertes y a promover la comunicación abierta y honesta. Además, las conversaciones difíciles pueden ayudar a nuestros hijos a entender los valores y principios familiares, y a desarrollar habilidades de resolución de problemas y de autoconfianza.

¿Es bueno evitar este tipo de pláticas? 

No, en general no es bueno evitar las conversaciones difíciles con nuestros hijos. De hecho, es mejor enfrentar estos temas en lugar de evitarlos, ya que esto puede causar que los problemas se acumulen y se vuelvan más difíciles de resolver.

La edad apropiada para tener conversaciones difíciles con los hijos depende de varios factores, incluyendo la madurez emocional y el nivel de comprensión del niño. En general, es recomendable comenzar a tener estas conversaciones tempranamente, ya que es más fácil ayudar a los hijos a desarrollar habilidades de resolución de problemas si estas conversaciones comienzan a edades tempranas.

Un estudio publicado en la revista «Pediatrics» en 2016, encontró que los padres que evitan las conversaciones difíciles con sus hijos, pueden aumentar el estrés en los niños y pueden reducir la confianza en el hogar. Por otro lado, los padres que abordaban los problemas de manera directa, podían mejorar la relación con sus hijos y mejorar su salud y desempeño académico.

Foto Irina Demyanovskikh Pexels

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Tips para tener conversaciones difíciles con tus hijos 

Establece un ambiente de confianza

Asegúrate de que tus hijos se sientan cómodos compartiendo sus pensamientos y sentimientos contigo. Escucha activamente sin juzgar y muestra empatía hacia sus preocupaciones.

Elige el momento adecuado

Busca un momento tranquilo y sin distracciones para abordar el tema. Evita discutir temas difíciles cuando estén enojados o frustrados.

Sé clara y honesta

Comunica tus preocupaciones de manera clara y honesta, pero también permíteles expresar sus puntos de vista. Fomenta la comunicación abierta y la resolución conjunta de problemas.

También toma en cuenta lo siguiente:

1- Escoge un lugar privado y seguro, libre de distracciones.
2- Comienza la conversación con un comentario positivo o de agradecimiento.
3- Muéstrate abierto y receptivo a lo que diga tu hijo.

Recuerda que cada niño es diferente, así que adapta tu enfoque a sus necesidades individuales.

Foto principal Kindel Media Pexels


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