Por Sergio San Sebastián
A principios del mes de marzo el mundo del ser humano caminaba a una velocidad vertiginosa. Mega urbes plagadas de personas yendo a sus trabajos y de regreso a casa, oficinas de empresas grandes y pequeñas con proyectos, actividad, ventas, planes de inversión, perspectivas de crecimiento; estadios de futbol repletos de personas vitoreando goles o abucheando al equipo enemigo; arenas y auditorios para conciertos de música llenos al tope de seguidores, cánticos y bailes; millones de compras y transacciones cada minuto; miles de vuelos en cruce por Europa, América, Asia, Oceanía, África; cientos de miles de toneladas de mercancías transportadas en contenedores y cargueros inmensos que transitan los mares; la celebración de millones de bodas, bautizos o bar mitzvahs en cientos de ciudades.
De repente, de un momento a otro, y sin darnos cuenta, en pocas semanas todo ese movimiento feroz de la vida cotidiana y de la economía mundial se puso en pausa, bajó su velocidad y su ritmo, casi se detuvo. Y con ello llegó la desesperación, incertidumbre, confusión, miedo e incredulidad.
Pero en este apagar de los motores de nuestra realidad aparecen también nuevas posibilidades, razonamientos, ideas, experiencias, y sobre todo: un aprendizaje valioso difícil de haber obtenido en otras circunstancias.
Como generación nos tocó una oportunidad única de repensar nuestro mundo y nuestras vidas. En el tema de nosotros, nuestra pareja y de nuestro dinero, que es lo que me compete en esta colaboración, hay aprendizajes invaluables.
Mis aprendizajes gracias a la pandemia
Comparto los que he vivido con más intensidad durante estas semanas.
- Vamos a estar siempre mejor preparados para cualquier cambio si desarrollamos el músculo de la fortaleza emocional, la capacidad de adaptación y la creatividad.
- Es preponderante tener solvencia económica para reducir riesgos asociados con cambios abruptos, lo que implica hacer del ahorro y de la buena administración de nuestras finanzas una prioridad. En crisis como la actual pandemia, la liquidez es vital porque lo demás se puede perder (un empleo o una empresa).
- No necesitamos consumir tantos bienes como pensamos lo que implica que podemos gastar menos en cosas superfluas, que no son prioridad, lo que nos ayudará a convertirnos en consumidores inteligentes y en verdaderos ahorradores.
- Debemos elegir a la pareja adecuada y saber conservarla para formar nuestra familia, los momentos extremos nos enseñan que la pareja y nuestra familia es lo más valioso con lo que contamos. Aplica también para nuestras amistades.
- La generosidad, la negociación y la flexibilidad son la llave para enfrentar cualquier eventualidad, es crítico estar abiertos a dar y conceder a otros como también saber pedir ayuda y negociar.
En una realidad normal como la que casi todos hemos vivido durante muchos años, la mayoría de momentos o eventos traen consigo experiencias que pasarán desapercibidas o caerán rápido en el olvido. Pero para todos en el mundo estos meses en aislamiento en pandemia difícilmente serán olvidados, lo que nos dice, que a pesar de la incertidumbre y la pérdida de muchas vidas, llegaremos a la conclusión que este tiempo fue una oportunidad invaluable para detenernos y reflexionar sobre temas relevantes, algo que pocas veces hacemos. Espero que puedan aprovechar estos momentos.
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