Se hace una guerra a la hora de la cama y cada vez estás más agotada. Si el insomnio o la falta de sueño se ha vuelto lo tuyo, lee estos consejos que te ayudarán a dormir bien y ¡despertar aun mejor!
1. Ordena tu mente con una lista
Te dan vuelta en la cabeza tus pendientes de mañana. Nada como irse a la cama con la sensación de incumplimiento o las mil tareas que esperan por ti al día siguiente. ¿Has soñado que tienes algo súper importante al día siguiente y veinte obstáculos te lo impiden en tu sueño?… entre ellos la sensación que que no lo vas a lograr. Para que no llegues a eso, un ejercicio simple como: escríbelos en una lista.
En la cabeza volando, los pendientes suenan mayores y peores, al «aterrizarlos» en un papel podrás dimensionar la realidad de lo que debes hacer y el orden adecuado. Además créeme, se sienten menos escritos que volando en la mente. También sirve para pendientes emocionales. Ejemplo: Resolver la situación con «Fulani»… aunque no lo hagas al día siguiente, ya lo palomearás de tu lista.
2. Cena ligero y máximo una hora antes de acostarte
No se descansa, ni sueña igual si te atiborras en la noche de tacos, refrescos, comida azucarada, carne o guisados altamente condimentados ni si cenas en la cama literalmente. La cena ideal debe ser ligera y de fácil digestión, de preferencia fruta, yogur o algún cereal en porciones moderadas. Máximo una hora antes de irte a la cama.
Tampoco, te vayas a dormir con la panza vacía, a menos que seas yogui, algo de alimento se requiere para carburar durante el reposo. Y un plus extra es dormirse con la boca, dientes y rostro limpio… ¡y la vejiga recién vaciada!
3. Acostarte vs. dormir bien
Ésta es la lucha de los insomnes, si calculas 8 o 7 o 6 horas de sueño mínimo reparador, ¿qué haces realizando actividades de alto calibre a una hora que ya deberías acostarte? Si lo que te cuesta trabajo es «agarrar el sueño» de todas maneras acuéstate a tu hora.
No te obligues a dormir, pero definitivamente el aporte de energía de las actividades que hagas previas a tu hora son fundamentales. Acuéstate posterior a tu rutina de limpieza e higiene y lee un libro, una revista o pon la tele, el celular o la compu en volumen bajito y con luz baja también. ¡Y sin programas de terror o desgracias!
4. Agradece tres cosas positivas que tuvo ese día
Este punto es para mitigar la ansiedad o los estados depresivos; funciona en los días regulares y en los buenos, pero aporta tranquilidad y optimismo en los días más negros. Todos, absolutamente todos los días hay algo por lo que agradecer. Para empezar que tenemos vida y nuestros seres queridos también, y tenemos cama, techo y demás cosas que irás vislumbrando a medique hagas este ejercicio con frecuencia.
Se escribe mucho ahora sobre vivir en estado de gracia o agradecimiento. Pues cerrar los ojos y vislumbrar tres cosas positivas que hiciste o te sucedieron ese día es un hábito que podrías comenzar a hacer siempre para entrar en ese estado.
5. Genera la atmósfera, no la esperes
Sé que no es lo mismo vivir sola que bancarte un familión ruidoso con diferentes horarios y necesidades. Pero si para ti ya es necesario dormir, obtén un kit infalible que hasta ha hecho sobrevivir matrimonios: tapones de oido (sí, como esos que te dan en el avión y venden en las farmacias). No les temas, están hechos para que puedas escuchar alarmas y alertas, timbres y sonidos agudos. Pero qué bien disminuyen el sonido de una fiesta vecina, la tele de la habitación contigua… ¡o el roncar del esposo!
Lo mismo con puertas, persianas y cortinas cuando hay un tema de luz… ¡adquiere un antifaz! Sé más firme con los horarios que estén en tu control, como los de tus hijos por ejemplo o saca la tele de tu habitación. Haz lo que tengas que hacer para ser celosa con tus horas de sueño y protegerlas. Ganan todos mientras mejor descansen.
¡Cuéntanos cuál truco para dormir bien te funcionó más!
Te dejo aquí otra nota que te ayudará contra el Insomnio Ocasional.
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