La interacción con un niño con autismo es muy importante, porque ayuda a promover su desarrollo social y emocional. La sana comunicación con personas, sean estas o no en el espectro autista, es importante para la salud mental y el aprendizaje en general de todos los seres humanos.
En México, el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz ha realizado estudios sobre la importancia de la interacción con niños con autismo. Por ejemplo, un estudio realizado en 2018 concluyó que la interacción con otros chicos sin autismo mejoraba las habilidades comunicativas de los pequeños con autismo.
Qué hacer al interactuar con un niño con autismo
- Utiliza un lenguaje claro y sencillo. Evita ambigüedades o metáforas que puedan resultar confusas.
- Establece rutinas predecibles. La estructura y consistencia en el entorno proporcionan seguridad.
- Respeta sus preferencias sensoriales, como su reacción a luces intensas, ruidos fuertes o texturas específicas.
- Fomenta la comunicación no verbal y presta atención a las señales que pueda estar dando, como gestos o expresiones faciales.
- Proporciona instrucciones claras y específicas, dividiendo tareas complejas en pasos más pequeños.
- Ofrece apoyo social de manera gradual, permitiéndole elegir el nivel de interacción que le resulte más cómodo.
- Utiliza recursos visuales, como imágenes o tarjetas, para ayudar en su comunicación y comprensión, para de esta manera motivar y construir confianza.
¿Por qué tomar en cuenta estos 8 puntos?
Promueve la comprensión. Instrucciones claras y pasos pequeños facilitan la ejecución de tareas, evitando confusiones. Ayuda a respetar la individualidad, es decir, reconocer las preferencias y las sensibilidades del niño demuestra consideración hacia su particularidad y contribuye a su bienestar.
Fomenta la inclusión social. Al proporcionar apoyo social gradual y positivo, se ayuda al niño a participar en actividades sociales de acuerdo con su comodidad. Modificando el entorno según sus requerimientos, se crea un espacio más propicio para su desarrollo.
Estimula el aprendizaje. Dividir tareas complejas y utilizar recursos visuales, contribuye a un aprendizaje más efectivo y significativo.
Construye confianza. Celebra los logros y refuerza positivamente el comportamiento, esto fortalece la autoestima y la confianza del pequeño.
La implementación de estos puntos no solo mejora la calidad de la interacción, sino que contribuye al bienestar emocional y social del niño con autismo. Si esta info le sirve a una amiga, ¡compártesela!
Foto principal Caleb Woods Unplash
Mira este post: ¿Meditación en niños?: ¡De gran valor!
Síguenos en redes sociales como @KENArevista: