El 5 de septiembre se celebra el Día de la Amazonía y para celebrarlo, National Geographic con todo su expertise nos comparte seis datos curiosos sobre este GRAN pulmón del mundo.

La Amazonía y el ser humano

Los seres humanos nos sentimos dueños y señores del planeta, pero en realidad, no es así. La Tierra está viva y nos lo recuerda de vez en cuando… aunque a veces ignoramos sus expresiones. Por eso es importante recordar cómo funciona este ecosistema del sur de nuestro continente. Por ejemplo, la Amazonía  absorbe y concentra el carbono y eso impide que se vaya a la atmósfera.

Esa capacidad única está disminuyendo gracias… sí, al hombre y la deforestación y el descuido que ha traído como consecuencia el calentamiento global. ¿La consecuencia? Se esté convirtiendo en un emisor de carbono en lugar de un sumidero. Esto nos lo cuenta Fernando Trujillo, Explorador de National Geographic.

«E consumo responsable e informado es una buena forma de evitar procesos de sobrexplotación en muchos lugares del planeta, incluyendo el Amazonas. Por otro lado, con pequeñas acciones podemos contribuir a reducir nuestra huella de carbono como, por ejemplo, evitando plásticos de un solo uso, eligiendo opciones de transporte sustentable y disminuyendo nuestro consumo de energía», comenta.

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La belleza de la Amazonía

Foto de Sebastien Goldberg para Unsplash

Pero para reflexionar aún más, conozcamos seis curiosidades del Amazonía que la hacen única. NatGeo nos comparte su investigación:

  1. La Amazonía (y el río Amazonas) tienen una edad de 10 millones de años. Julia Tejada, paleontóloga y Exploradora de National Geographic menciona que el origen de la Amazonía está ligado al levantamiento de los Andes, es decir, sin los Andes no existiría la Amazonía ni su flora y fauna.
  2. La Amazonía es la principal fuente de la biodiversidad presente desde el sur de México al sur del Brasil. Según Julia, muchos estudios demuestran que la mayor parte de las especies existentes en otras partes de la región se originaron en la Amazonía.
  3. Uno de los eventos más importantes en el Amazonas es el “pulso de inundación”. Fernando Trujillo, biólogo marino y Explorador de National Geographic nos cuenta que, gracias a las lluvias abundantes en los Andes, los niveles de los ríos pueden incrementarse hasta 15 metros en lo vertical y miles de kilómetros en lo plano. Todas las especies que viven en la Amazonía están adaptadas a este fenómeno. Por ejemplo, cuando empieza a subir el nivel del agua, los peces se preparan para hacer migraciones reproductivas, los manatís ingresan a los tributarios y las nutrias amplían el territorio para buscar peces que se dispersan en la selva inundada.
  4. Una sola hectárea de bosque inundado puede producir hasta 20 toneladas de semillas y frutos por año, el alimento principal para muchos peces. A la vez, cuando el bosque llega a su máximo nivel de inundación, la mayoría de los árboles sueltan sus frutos para dispersarlos. ¡Hay una increíble sincronización! Por eso, cuando se tala el bosque, los peces son afectados de manera directa. 
  5. Los delfines del Amazonas pueden cambiar de color gris a rosado muy intenso en pocos minutos. Fernando menciona que los delfines, al igual que los humanos cuando aumentan la actividad física, envían mucha sangre a los vasos sanguíneos periféricos para regular la temperatura. Ante eso, los humanos enrojecen su piel, y los delfines, por su parte, adquieren una tonalidad muy rosada. No todos los delfines cambian a rosado, y eso parece estar influenciado por los fenotipos, al igual que en los humanos.
  6. En la Amazonía de Perú, la segunda selva tropical más grande de América del Sur, se encuentra el Río Hirviente, cuyas aguas llegan hasta los 100°C.  Rosa Vásquez Espinoza, bióloga química y exploradora de National Geographic, nos cuenta que este Río es lo suficientemente caliente como para hervir cualquier animal que quiera cruzarlo pero, aun así, estas aguas están llenas de vida. Muchos microorganismos viven en el subsuelo y en alfombras microbianas. Además, las comunidades que viven a lo largo del río siempre han aprovechado sus recursos para beber, cocinar o bañarse, entre otras cosas.

Fuente: National Geographic


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