El cáncer colorrectal es el tercero más común en el mundo, con cerca de 1.9 millones de casos detectados por año. Muchos pacientes no suelen presentar síntomas al inicio, sino hasta que el cáncer esté un poco más avanzado; por eso, resulta importante consultar al médico tratante si la persona presenta sangrado en las heces, cambios en los hábitos intestinales (en la consistencia de las heces, estreñimiento o diarrea), pérdida de peso inexplicable y dolor abdominal o pélvico (gases o calambres).

En México el cáncer colorrectal es la principal causa de muerte por cáncer con 8,283 decesos en 2022 de acuerdo con el Global Cancer Observatory (Globocan). Asimismo, de los 207,154 nuevos casos de cáncer registrados en ese año, en el país, 16,082 correspondieron al colorrectal con una mayor prevalencia en hombres que en mujeres.

Vista frontal mujer lidiando con std

Cáncer colorrectal

Si bien el riesgo de padecer este tipo de cáncer incrementa con la edad (mayores de 50 años), su incidencia en adultos jóvenes ha ido en aumento, sin conocerse la razón. También, es un tumor que puede afectar a personas fumadoras, de tez negra, con antecedentes personales y familiares de pólipos o de un cáncer colorrectal previo, que padezcan enfermedades inflamatorias intestinales (colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn), con diabetes, obesidad, con un estilo de vida sedentario y una dieta con alto contenido en grasas, carnes rojas o procesadas y baja en fibra.1y5 “Asimismo, los antecedentes familiares de esta enfermedad o síndromes hereditarios aumentan el riesgo, por lo que es crucial una vigilancia más estrecha en estos casos”, explica la doctora Julieta Gómez Ávalos, oncóloga del Hospital Clínico Universitario de Valencia.

Detectado en fases tempranas, la posibilidad de curación del cáncer colorrectal es de alrededor de 90%. Si el diagnóstico se da en etapa avanzada y dependiendo del caso, esa probabilidad puede ser de hasta un 60%. Cabe destacar que un 20% de las personas detectadas con este cáncer suelen tener metástasis.8y9. “La detección oportuna mediante colonoscopias y pruebas de sangre oculta en heces puede reducir significativamente su tasa de mortalidad”, agrega la doctora Gómez Ávalos.

“En este sentido, la medicina de precisión ha revolucionado el diagnóstico del cáncer colorrectal al identificar biomarcadores clave, como las mutaciones en los genes RAS, BRAF y la inestabilidad de microsatélites (MSI). Estas pruebas permiten seleccionar tratamientos dirigidos que mejoran la supervivencia y reducen efectos secundarios,” agrega el doctor Olguín.

Doctor explicando el modelo anatómico al paciente

El valor de la detección temprana

La mayoría de los casos de cáncer colorrectal inician como un pólipo, que es un crecimiento anormal en el revestimiento del colon o del recto. Una persona puede tener pólipos y no saberlo,  por lo cual los médicos recomiendan que quienes tengan cierto riesgo de padecer este tipo de cáncer inicien sus exámenes regulares de detección alrededor de los 45 años.

Si el riesgo es mayor, el médico tratante le indicará al paciente con cuanta antelación y frecuencia necesita hacerse las pruebas.

El examen de sangre oculta en heces es uno de los que puede referir el especialista. También, destacan la sigmoidoscopia y la colonoscopía; esta última permite observar a lo interno del colon y del recto, para saber si existen pólipos, áreas anormales o cáncer. Además, a través de este procedimiento se pueden obtener muestras de tejido y extraer pólipos , lo que puede ayudar a prevenir un cáncer colorrectal.

Si el paciente es diagnosticado con este tipo de cáncer, lo recomendable es que a la muestra del tejido estudiado se le realicen pruebas de biomarcadores. Estos son genes, proteínas u otras sustancias que pueden dar detalles específicos del cáncer que padece la persona.

Gracias a la innovación científica, las pruebas de biomarcadores muestran a los médicos cómo progresará el cáncer en el tiempo y cuáles son las opciones de tratamiento más adecuadas. Por ejemplo, en aquellos pacientes con cáncer colorrectal metastásico ahora es esencial comprender su perfil molecular para conocer si tienen alguna mutación, como BRAF o KRAS, y si existe una terapia disponible para ese marcador específico”, comentó el doctor Olguín.

Doctor de tiro medio hablando con mujer

Avances en el tratamiento de la enfermedad

En los últimos años, el manejo del cáncer colorrectal en general ha experimentado una gran transformación, que no solo contempla las innovaciones en detección temprana, sino también en las modalidades de tratamiento, que van de la mano de la medicina de precisión o personalizada y de los progresivos avances en terapias dirigidas; del uso de técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas y de la definición de perfiles moleculares, todo en búsqueda de una atención más integral de la enfermedad.

A nivel de cáncer colorrectal metastásico, estos avances han facilitado la capacidad de dirigir tratamientos específicos a subgrupos de pacientes -con beneficios un poco más esperanzadores, como es el caso de los que tienen la mutación BRAF V600E (entre un 8% y 12% de los diagnosticados con este tipo de tumor), cuya respuesta a la terapia estándar no suele ser la mejor, incluso en términos de sobrevida.

Gracias a esta innovación en cáncer colorrectal no solo se han mejorado los resultados de supervivencia, sino también, se ha generado un impacto positivo en la calidad de vida de los pacientes y sus familias.

 “En Pfizer queremos que eso continúe siendo así y, por eso, seguimos trabajando enfocados en el desarrollo de medicamentos para cáncer, primeros o mejores en su clase, que puedan llegar rápidamente a quienes más los necesitan”, finalizó el doctor Olguin.

Fuente: Pfizer

Fondo 3d para la concientización sobre el cáncer con cinta.

Cáncer colorrectal en mujeres en menopausia

El cáncer colorrectal es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en mujeres, especialmente en la etapa de la menopausia. Durante esta fase de la vida, las mujeres experimentan cambios hormonales significativos que pueden influir en su salud general y en el riesgo de desarrollar diversas enfermedades, incluido el cáncer. La menopausia se asocia con un aumento en la grasa corporal y cambios en la distribución de la grasa, factores que pueden contribuir al riesgo de cáncer colorrectal.

Además, las mujeres en menopausia pueden tener hábitos alimenticios que cambian, lo que puede impactar negativamente en su salud intestinal. La dieta es un factor crucial en la prevención del cáncer colorrectal, y una ingesta baja en fibra y alta en grasas saturadas puede aumentar el riesgo. Es fundamental que las mujeres en esta etapa de la vida sean conscientes de su dieta y realicen chequeos médicos regulares, ya que la detección temprana del cáncer colorrectal puede mejorar significativamente las tasas de supervivencia.

Primer plano de un corredor cerca del mar

La actividad física: prevención del cáncer colorrectal

Las mujeres que llevan un estilo de vida sedentario tienen un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad. Incorporar ejercicio regular en la rutina diaria no solo ayuda a mantener un peso saludable, sino que también promueve una mejor salud intestinal. Por lo tanto, se recomienda que las mujeres en menopausia busquen formas de mantenerse activas, ya sea a través de caminatas, yoga o cualquier otra actividad que disfruten.

Finalmente, es esencial que las mujeres en menopausia estén informadas sobre los síntomas del cáncer colorrectal, como cambios en los hábitos intestinales, sangrado rectal y dolor abdominal persistente. La educación sobre estos síntomas puede facilitar una detección temprana y un tratamiento más efectivo. En conclusión, la menopausia es una etapa crítica en la vida de las mujeres, y adoptar un enfoque proactivo hacia la salud puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer colorrectal.

Mujer canosa de mediana edad con uniforme de fisioterapeuta en la clínica médica con la mano en el estómago porque la enfermedad dolorosa de las náuseas siente el concepto de dolor de malestar

Fotos Freepik


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