La semana de la moda en Nueva York terminó con los diseñadores de más peso que quedan en la ciudad, luego de la inmigración de talento a París. Entre ellos, la siempre eterna, elegante y relevante señora, Carolina Herrera, destacó. Con una pasarela poli-cromática, feliz y optimista presentó, en lo que puede ser uno de los días más tristes para la ciudad de Nueva York -el 11 de septiembre-, una colección joven, relevante, llena de color y una desconstrucción maximalista muy femenina y chic. Una colección ‘happy’. El espectro del CMYK se dio a notar en plenitud, presentando diferentes estilos que pueden vestir a la mujer moderna a toda hora y en todo momento. De mis favoritos, fue el vestido blanco y negro de lunares en lentejuelas. También, amé la combinación de tulles con sedas estampadas y botones aludiendo a moda de los 80’s. En tendencia estuvo en el punto y en presentación se lució, en el MoMa, siendo la primera diseñadora que se presenta en la historia del museo. Esto puede que se haya permitido ya que el MoMa inaugurará en octubre una retrospectiva de moda, sin embargo, fue la señora Carolina Herrera quien tuvo la primicia. Entre los tules y colores, la colaboración en los accesorios de calzado de Manolo Blahnik, le dieron a la pasarla un broche de oro y la personalidad de la mujer chic, coqueta y clásica neoyorquina.

La contraparte o competencia directa de Carolina Herrera, por decirlo de alguna manera, Oscar de la Renta recibió críticas mixtas luego de su última presentación. Los diseñadores encargados de la marca Laura Kim y Fernando García -también diseñadores de Monse– decidieron mostrar en fechas y lugares separados su pasarela, a diferencia del año pasado, algo positivo para la marca. Sin embargo, los jóvenes diseñadores siguen en un limbo de identidad al definir su posición dentro de la casa de moda. Con una nota ‘pop’ trataron de inspirarse en cartas del fundador Oscar de la Renta para presentar su colección, y aunque si tuvo mucho de “Oscar” no presentó nada nuevo, nada innovador y tampoco fue una retrospectiva organizada. Quieren darle frescura a la marca, quieren mantener su esencia o quien sabe qué quieren hacer, pero aún es difícil de leer entre líneas.

Coach, por Stuart Verves, sorprendió con una colección muy urbe americana inspirada en Keith Haring y New York de los 80’s. Coach se ha vuelto una marca en crear looks que se denoten como de colección. En esta oportunidad presentó en un brillo escarchado, una colección muy de la ciudad, con mucha empatía al adulto contemporáneo -que es su cliente-, pero bien pensada e inteligente. Si bien la tendencia clara es mirar al pasado para seguir adelante, Coach lo logró, pero a su vez le da relevancia al presente.

Michael Kors, muy fiel a su estética presentó una colección muy ‘soft’, muy chic americana y playera. De lo más destacado fueron las sandalias de playa de cocodrilo, camisas teñidas estrambóticamente al estilo de los 70’s, transparencias muy suaves y ligeras al cuerpo. Lo más curioso de su pasarela fue la diversidad al presentar todo tipo de modelos, de todas las edades y con muy poco maquillaje. Muy fresco, muy él, muy Kors.

El rey de New York, Marc Jacobs, celebró su aniversario número 25 con una retrospectiva opulenta de sus colecciones pasadas, en una pasarela sin música y con looks individuales. Fue para su caminata fina en conjunto de todos sus atuendos, donde las modelos salieron con el aire de la película Diva (1981) simbolizando lo que esta colección fue, «una colección de una mujer diva». Piezas teátricas gigantescas que iban desde vestidos metalizados hasta el uso de la flor margarita en sus estampados. Marc se autocelebró y, muy coherente a la tendencia en el foco del pasado, hizo exactamente eso…vio su pasado para darle un cierre a lo que ha sido y prepararnos para el futuro, y lo que será. De mis piezas favoritas, el Fanny pack-koala, tamaño jumbo como cartera. ¡Simplemente estupendo!

 

Gabi Ramos

Gabi Ramos

 


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