La cultura de productividad está muy arraigada en nuestros días, tanto que a veces no deja espacio para la vida personal. Mantener un equilibrio entre lo profesional y lo personal es la clave para un desempeño laboral sano y a través de las prácticas del coaching esto puede llegar a ser posible.
1 Fija metas
Define lo que quieres lograr y coloca metas específicas. Una buena idea es desarrollarlas con la metodología SMART (Específico, Medible, Alcanzable, Realista y Temporal).
2 Sé consciente de tus obstáculos
Debes conocer el camino que vas a tomar, no sólo es lo que deseas sino lo que puede estar obstruyendo tu camino. Conocer las dificultades a tiempo te ayudará a trazar un plan de antemano para resolver esa piedra y no frenarte por la incertidumbre del ¿ahora qué? Estarás preparadx para el golpe y tendrás la respuesta. Todo esto, claro, será modificado con el tiempo porque las cosas rara vez ocurren como te imaginas.
3 La organización es un pilar
No sólo físico sino también mental. Debes concentrarte en la meta y alejar todo lo que no deseas de tu cabeza. Piensa en tu mente como un lugar lleno de cajones y papeles en desorden, organiza todo lo que necesitas en carpetas y elimina lo que quita espacio y no necesitas. Practica la escucha activa.
4 Cultiva la inteligencia emocional
Es muy sencillo que nos dejemos dominar por las emociones, por eso aprende a controlarlas. El arte de la paciencia, de entender que lo bueno tarda en llegar, con esfuerzo incluido. Un día verás los resultados de tu mente de acero.
5 Coaching y más coaching
Finalmente, siempre es bueno contar con un guía y para eso están las sesiones de coaching. Te ayudarán a conseguir todo de manera más clara.
Cortesía de: ICF (Federación Internacional de Coaching)
El coaching sí sirve (si lo sabes buscar)
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