Uno de los problemas más comunes es tomar la comida como una solución para calmar la ansiedad y el estrés del día, cuando lo único que obtienes con ello, es subir de peso.
Si tu hábitat natural es tu oficina o el lugar designado en tu casa a tu espacio de trabajo y tus caminatas son a la cocina, es muy posible que ni siquiera te fijes en lo que comes, o bien que controles el estrés del día consumiendo alimentos que tu cuerpo no necesita.
La mente funciona siguiendo patrones desde la infancia o la juventud, y estos perduran para toda la vida si no nos damos cuenta de ello y no cambiamos nuestros malos hábitos. Todo lo que trates será en vano mientras no cambies tus costumbres, te alimentes de una manera racional y constante –no sirve que solo sea durante el verano– o que hagas una dieta durante dos semanas.
Los hábitos deben cambiar
Cuando tienes 18 años te puedes dar el lujo de pedir un hot dog cada vez que vas al cine, a los 24, tal vez sea mejor que cambies por una ensalada con una baguette integral a la hora de la cena, porque si no lo haces, muy probablemente deberás pasar el resto de tu vida haciendo dietas.
Esto que parece una disciplina muy fácil de seguir, muchas veces no se respeta por los compromisos sociales o por el estrés al que estás sometida toda la semana, los snacks que consumes entre comidas pueden calmar la ansiedad, pero en términos prácticos son un peligro.
La comida a través de los años
¡Sorpresa! La alimentación que llevabas a los 18 años no se asimila en tu cuerpo de la misma manera cuando tu edad es otra. A continuación, te decimos qué sucede en cada década.
20’s
Es cuando los buenos hábitos alimenticios se construyen y se forma la densidad de los huesos. Te recomendamos consumir alimentos nutritivos y no refinados (harinas y azúcares), así como fibra y granos enteros.
30’s
En lugar de eliminar ciertos grupos alimenticios o reducir al mínimo las calorías, come menos y aumenta uno o dos refrigerios saludables al día. Balancea carbohidratos, proteínas y grasas.
40’s
Para minimizar la reducción en los niveles de hormonas y el inicio de los cambios previos a la menopausia, que conllevan variaciones de peso, reemplaza las proteínas y grasa animales por las vegetales. Come en mayor grado nueces, semillas, frijoles y aguacate.
50’s
Para combatir la grasa que se empieza a acumular en el abdomen, haz cambios en tu alimentación. Elimina lo más que puedas el café y los refrescos de dieta y sustitúyelos por té verde. Consume la menor cantidad posible de azúcar y date el lujo de ingerir una porción de chocolate oscuro de vez en cuando.
60’s
Mientras tu cuerpo pierde tono muscular, tu metabolismo se hace lento, por lo que estás propensa a ganar peso. Elige alimentos con proteínas que ayuden a mantener la fuerza de tus músculos y trata de quemar calorías haciendo ejercicios adecuados a tu condición física.
Más recetas en tu revista Kena Cocina, búscala en:
• Edición digital: issuu.com/dearmas
• Edición impresa: Bodega Aurrera, Walmart, Chedraui, City Market, Mega Soriana, La Comer, Superama, Fresko, Sanborns y Liverpool.
Síguenos en redes sociales como @KENArevista: