El regreso a clases es mucho más que una fecha en el calendario. Con millones de estudiantes y familias reorganizando su vida para un nuevo ciclo escolar, también se abre la oportunidad de adoptar hábitos que contribuyan a cuidar el medio ambiente y promover una vida más sustentable.

En un contexto global marcado por el cambio climático, la generación de residuos y la pérdida de recursos naturales, cada acción individual cuenta. Implementar prácticas ecológicas desde temprana edad no solo reduce nuestro impacto ambiental, sino que también enseña responsabilidad y respeto por el planeta.

Este año escolar puede ser el momento perfecto para comenzar. Aquí encontrarás consejos prácticos para que el regreso a clases sea más verde, saludable y consciente.


Opta por la movilidad sustentable

Uno de los mayores retos en las ciudades es el transporte y sus emisiones contaminantes. Apostar por alternativas como caminar, usar bicicleta o compartir el coche puede reducir significativamente la huella de carbono.

Además de ayudar al medio ambiente, estas opciones fomentan un estilo de vida activo, mejoran la salud cardiovascular y reducen el estrés. Por ejemplo, realizar trayectos cortos a pie o en bicicleta antes de la jornada escolar puede ser una excelente manera de comenzar el día con energía y sin contribuir a la contaminación del aire.

Incluso si el transporte público es necesario, se pueden combinar rutas que disminuyan el uso del automóvil particular. Cada trayecto más sustentable representa un paso hacia ciudades más limpias y habitables.


Alimentación saludable y sustentable

La alimentación es un área clave para cuidar tanto la salud personal como la del planeta. Preparar loncheras con frutas, verduras y alimentos mínimamente procesados no solo mejora el rendimiento escolar, sino que también reduce el impacto ambiental de la producción y el transporte de productos ultraprocesados.

Usar recipientes reutilizables y evitar empaques de un solo uso disminuye la generación de residuos. Las botellas de acero inoxidable, los envases de vidrio o los tuppers reutilizables son aliados perfectos para un regreso a clases más ecológico.

Además, incluir alimentos de origen local y de temporada favorece a productores cercanos y reduce las emisiones asociadas al transporte de mercancías. Una alimentación sustentable es también una forma de educar en hábitos saludables que perduren en el tiempo.


Reciclar y reutilizar útiles escolares

Cada año, los estudiantes generan kilos de residuos escolares. Al reutilizar mochilas, estuches, cuadernos y carpetas, no solo se ahorra dinero, sino que se disminuye el volumen de desechos enviados a rellenos sanitarios.

Antes de comprar todo nuevo, es útil revisar qué materiales del ciclo anterior están en buenas condiciones. Forrar libros y cuadernos para prolongar su vida útil, usar hojas sobrantes y aprovechar ambos lados del papel son prácticas sencillas que fomentan una cultura de reciclaje escolar.

Incluso se pueden organizar intercambios entre familias para dar una segunda vida a útiles y uniformes. Estas pequeñas acciones generan un impacto positivo y fortalecen el sentido comunitario.

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Educación ambiental

Incorporar la educación ambiental en el hogar y en las escuelas es clave para formar generaciones conscientes y responsables. Enseñar a separar la basura, clasificar materiales reciclables y comprender la importancia de reducir el consumo son pasos esenciales para crear un cambio duradero.

Actividades como huertos escolares, talleres de reciclaje o campañas de limpieza ayudan a que los niños y niñas vean el resultado directo de sus acciones. Así, entienden que cuidar el medio ambiente no es una obligación lejana, sino una práctica diaria que impacta en su propia calidad de vida.

Además, hablar sobre el cambio climático y sus efectos locales les permite comprender que sus decisiones importan y que pueden ser parte de la solución.


Involucra a toda la familia

El cuidado del medio ambiente es más efectivo cuando todos participan. Asignar pequeñas responsabilidades a cada miembro de la familia, como apagar las luces que no se usan, reducir el consumo de agua o planificar compras responsables, crea un compromiso colectivo.

El regreso a clases puede ser un buen momento para establecer metas familiares de sustentabilidad, como reducir residuos, aumentar el uso de transporte activo o consumir más alimentos locales. Al convertirlo en un reto compartido, se refuerza el aprendizaje y se fortalece la unión familiar.


Planificación para un regreso a clases más verde

Planificar con anticipación ayuda a evitar compras innecesarias y decisiones impulsivas que generan más residuos. Elaborar una lista precisa de útiles, verificar lo que se tiene en casa y optar por productos duraderos son pasos simples que marcan la diferencia.

También se pueden buscar opciones escolares que promuevan la sustentabilidad, como instituciones con programas de reciclaje, huertos o proyectos de movilidad activa. Un entorno que refuerza estos valores facilita que los niños y jóvenes los adopten de manera natural.


La importancia de pequeños cambios diarios

No es necesario transformar por completo la rutina para cuidar el medio ambiente. A veces, los pequeños cambios son los que más se mantienen en el tiempo. Usar menos plástico, llevar una botella reutilizable, optar por caminatas cortas o preparar comida casera son acciones simples que, sumadas, generan un gran impacto.

El objetivo no es alcanzar la perfección, sino avanzar hacia un estilo de vida sustentable que beneficie tanto al planeta como a nuestra salud. El regreso a clases puede ser la oportunidad perfecta para empezar y para motivar a otros a unirse.


Un compromiso con el futuro

Cada decisión que tomamos hoy influye en el mundo que dejaremos a las próximas generaciones. Apostar por un regreso a clases ecológico es más que una moda: es una necesidad frente a los retos ambientales actuales.

Al integrar hábitos saludables, responsables y respetuosos con el entorno, no solo contribuimos a un planeta más limpio, sino que también formamos ciudadanos conscientes, capaces de enfrentar los desafíos ambientales con creatividad y compromiso.

Cuidar el medio ambiente comienza con acciones sencillas, pero requiere constancia y voluntad. Este nuevo ciclo escolar puede ser el inicio de un cambio positivo que perdure durante todo el año y más allá.

Es importantísimo que podamos colaborar con un grano de arena para cuidar nuestro pulmón de vida, nuestro ambiente. Y en el regreso a clases, es necesario tener estos puntos claros para no perdernos en la vuelta a la rutina adulta, y contrubuir con nuestro entorno. Sé parte de esta campaña y reenvía este post a tus amigas mamás, ¡el mundo lo agradecerá!

Fuente: VIAVERDE, modificado por Mariel Gadaleta


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