De acuerdo con la tanatóloga Gaby Pérez Islas, de 1900 a la fecha la tasa de suicidios a nivel mundial ha aumentado un 600%. ¡¡600%!! Y sí, mucho es por la depresión, pero también por otra horrible palabra que empieza con ‘D’: la desesperanza.

No sé si la has padecido.
Yo seguro que sí.

Te confieso algo: hasta hace una semana, llevaba m-e-s-e-s pensando en que quizá no sería tan malo morirme. No digo suicidarme porque no es algo que me pase por la cabeza, pero sí morirme. Atropellada usando el scooter o la ecobici, mientras camino, arrollada por una moto; en un asalto, un robo, un tiroteo. La idea no me disgustaba del todo.

Padecía yo algo que he bautizado como “depresión funcional”: nadie más sabe que estás triste o down porque actúas como normalmente lo haces. La depresión te agarra la intimidad de tu recámara, cuando nadie te ve. Además “¡tienes todo!”, de manera que la gente se pregunta: ¿y como por qué en este mundo tendría ELLA que estar triste?

INSTAGRAM Y EL MUNDO DE LAS APARIENCIAS

Me pregunto si te ha pasado…

Tienes un día genial. Todo salió como lo esperabas; el trabajo está bien, la relación amorosa (aunque a larga distancia) va viento en popa; llegas a tu casa y luego te vas al gym o te quedas a ver una serie de Netflix. De pronto agarras el celular ¡y pum! INSTAGRAM. Esa condenada adicción.

Ves que a alguien le acaban de dar el anillo. Otra amiga está esperando su segundo bebé. Una persona más posa sonriente junto a un tierno koala en Australia.

Tu amigo de la universidad acaba de celebrar el quinto aniversario de su negocio, ¡le va súper bien! Otro conocido está festejando su cumpleaños rodeado de muchísima gente con un pastel de lo más glamouroso; le está soplando a a las velitas mágicas que no se apagan por más que lo intenta.

Todo el mundo luce tan divertido, tan exitoso, tan… tan perfecto.
Y tú, en tu cama, sola.

Foto de awpixel.com

MONÓLOGO INCONTROLABLE

La voz de tu cabeza se activa. Esa vocecita enfadosa (chingaquedito) empieza su monólogo: “¿No te da pena estar soltera a tu edad? ¿Cómo puede ser que hasta las más feas se hayan casado y tú sigas aquí, valiendo gorro? ¡¡¡Pobres de tus papás, tanto que anhelaban un nieto y tú nomás ni para eso sirves!!! TODO LO HACES MAL. Yo sólo veo que trabajas y trabajas, ¿y para qué? Nunca tienes dinero para nada, y cuando tienes, no tienes tiempo. Disque te encanta viajar y nunca lo haces. Más bien te gusta LA IDEA de viajar. ¿Blogger? ¡Ay, por favor! ¿A quién engañas?”

Intentas detenerla, ¡sabes que no debes escucharla!, pero tu mente sigue: “¡¡¡Ve a toooodo el mundo teniendo éxito en sus negocios!!! ¡¡¡Ve y APRENDE qué bien lo hacen!!! Tú ni cobrar sabes, te da pena, y por eso todo el mundo te ve la cara de tonta. ¿Amigas? ¿Qué amigas? ¿Las que te critican a tus espaldas por ‘chaira’?, ¿las que hicieron otro grupo de Whatsapp porque no te soportan?, ¿las que te tienen lástima porque vas que vuelas para ser ‘la quedada’ que nunca se casó?, ¿las que te dejaron de seguir en Instagram?, ¿o exactamente a cuáles amigas extrañas?”

¿Te imaginas escuchar esta voz todas las noches?
¡¡¡Es para morirse!!! Si no es que para matarse.

Pero como dicen, todo pasa por algo.

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TODO SE DERRUMBÓ… O NO

Saliendo de mi clase de baile el viernes por la tarde, “me topé” con una conferencia que estaba dando en el vestíbulo exterior de Plaza Carso la mismísima y ya mencionada Gaby Pérez Islas, la tanatóloga de las estrellas le digo yo.

¿Y cuál va siendo mi sorpresa cuando sólo haber coincidido bastó para restituirme la fe y las ganas de vivir?

Escucharla durante casi dos horas fue un agasajo. Llegué a mi casa con libro nuevo, que devoré en menos de tres horas. “La niña a la que se le vino el mundo encima” me sacudió, me hizo llorar y sonreír, pero lo que más hizo fue hacerme ver –terminar de convencerme– que la vida es valiosa, y que la vida, tan feita como a veces se pueda ver, sentir o escuchar, ¡¡¡VALE LA PENA VIVIRLA!!!

Como alguna vez me dijo Laverne Cox, a quien tuve el honor de entrevistar justamente para esta revista hace un par de años: “Las bendiciones van a llegar, ¿vas a estar aquí para recibirlas?”

No sé si estés familiarizada con su historia, pero ella se quiso suicidar tres veces durante la adolescencia. Afortunadamente no tuvo éxito, pues años más tarde “Orange is the New Black” le dio un giro de 180 grados a su vida.

LA HERRAMIENTA MAESTRA: EL AGRADECIMIENTO

Si estás teniendo un mal día, un mal mes, un mal año, ¡¡¡una mala década!!!, me vale. A través de este post quiero decirte que ni lo pienses:

VIVIR MURIENDO –vivir a medias– NO ES LA MEJOR OPCIÓN.

Mejor vamos a terapia (¡¡¡todo acerca de esto en mi siguiente post!!!), callemos esa voz enfadosa y pasémosle el micrófono a la (Bianca; tú inserta aquí tu nombre ______ ) que ama la vida; la que está emocionada por resolver los retos que la vida lleva y trae, cual olas de mar.

La (Bianca) que sabe que la vida es un juego que igual nos regala lágrimas que risas, lamentos que festejos, soledades que alegrías. La vida ES y definitivamente vale la pena gozarla al máximo.

Las bendiciones van a llegar, ¿CÓMO vamos a estar aquí para recibirlas? ¿Con la cara larga y desesperanzadas, o emocionadas y A-G-R-A-D-E-C-I-D-A-S por lo que hoy si somos, tenemos y hacemos?

Yo elijo estar entusiasmada, ilusionada y esperanzada. Elijo que la muerte me agarre ocupada, sirviendo, ayudando, compartiendo, ¡¡¡AMANDO SIN MIEDO!!!

¿Y tú?

Déjame saber a través de Twitter en @bianca_pescador usando el hashtag #yoamomivida


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