Los tratamientos para combatir el cáncer –quimioterapia y radioterapia– producen diversas alteraciones en la piel y, específicamente en las pacientes que luchan contra el cáncer de mama, se desarrolla una barrera cutánea muy sensible y vulnerable que hace de vital importancia el cuidado de la piel, alertó la doctora Ana Lilia Ruelas, integrante de la Fundación Mexicana para la Dermatología (FMD).
En marco del Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama –que se conmemora el 19 de octubre–, la especialista en cirugía dermatológica expuso que las enfermedades de la piel se deben a efectos secundarios de los tratamientos contra el cáncer y las zonas más afectadas son cara, extremidades, manos y pies.
El efecto secundario más conocido de los tratamientos contra el cáncer es la pérdida del cabello. Al respecto, Ruelas Villavicencio abundó que “en ocasiones también hay pérdida de cejas y pestañas, además de resequedad en la piel, picor, enrojecimiento, pigmentación de la piel y uñas”, refirió.
Sobre la pérdida de cabello, la especialista explicó que prácticamente todas las personas que reciben quimioterapia presentan este efecto que es reversible: “El 80% de las mujeres con tratamiento contra el cáncer presenta un grado de piel seca (xerosis), y alteraciones en la pigmentación de la piel y las uñas; una cuarta parte presenta dolor o picor cutáneo (comezón)”, agregó.
La mitad de las pacientes que reciben radioterapia pueden presentar dermatitis (irritación), mientras que el 30% presenta una dermatitis severa posterior al tratamiento.
Los efectos adversos del tratamiento contra el cáncer impactan también a nivel emocional, por ello es muy importante mantener una piel saludable y así mejorar la calidad de vida del paciente, recuperar su autoestima, además de disminuir la frecuencia y grado de severidad de las afecciones.
La doctora Ruelas recomendó que se debe usar un dermolimpiador sin detergente o un jabón suave, no tallar la piel al bañarse, evitar la exposición solar y mantener bien hidratada la piel. “La piel se puede hidratar con crema sin perfume, intensificando la frecuencia de su uso, mínimo dos o tres veces al día”, añadió.
Las mujeres que reciben tratamiento contra el cáncer de mama deben cuidarse de los cambios climáticos porque el sol y el frío son agentes físicos que irritan la piel frágil. “Exponerse al sol puede producir quemaduras, mientras que el frío incrementa la dermatitis y fisuras cutáneas. Por ello, recomendamos usar pantallas minerales para protegerse del sol, usar visera o sombrero de ala ancha, usar ropa de cuello redondo y de manga larga, así como guantes de algodón para evitar el daño por el frío”, detalló la especialista en cáncer de piel.
Muchas de las alteraciones cutáneas serán reversibles o disminuirán notablemente al concluir el tratamiento contra el cáncer, sin embargo el cuidado de la piel durante ésta etapa también es importante. Ante cualquier cambio en la piel se recomienda acudir con un dermatólogo, quien definirá el tratamiento adecuado para cada caso, concluyó la doctora Ana Lilia Ruelas.
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