La actriz colombiana nos revela en una entrevista exclusiva su más oscuro miedo y cómo lo enfrentó para aprender y crecer personalmente. Además de dar un recorrido por su trayectoria, podrás conocer a la mujer que se preocupa por los nuevos tiempos que estamos viviendo.

 

Frente a frente con Danna

Tienes miedo a los caballos, cosa que la última producción te ha obligado a enfrentar. ¿Cómo llevarías esto a la vida real y a las dificultades que muchas veces nos topamos? ¿Quién es Maja en tu vida real?

Fíjate que todo en la vida son retos. Yo sí creo mucho en la voluntad. Yo creo mucho en querer hacer cosas, querer superar las cosas; pero la voluntad, yo sí creo que ella es la que mueve realmente al mundo.

Con Maja se ha dado algo tan especial. Yo sentía que antes de decir que podía montar a caballo, tendría que empezar a querer a mi caballo; y fue esa conexión, porque al principio no podía ni acercarme a Maja, ni a dos metros. Es decir, cuando me acercaba a ella, se me escurrían las lágrimas, y era un poco entre la emoción y el miedo. Es esa mezcla de lo que uno siente, entre la emoción y el miedo, esa sensación de lo que uno siente cuando tiene una fobia. Y ella me lee muy bien, es un ser vivo que siente y que es absolutamente generoso conmigo.

No te diría quién podría ser Maja en mi vida, porque tengo muchas; muchas personas que me han echado la mano, que me han ayudado para salir a adelante. Tengo muchas personas a las que les debo tantas cosas, y que me han hecho entender en mis dificultades que solo son momentos oscuros. Y Maja representa eso para mí, el que esté contigo a pesar de todo. Porque, imagina un caballo que aguante que te acerques y que vea que tú estás llorando y temblando… Ya galopamos. Es decir, ha sido todo un proceso de cariño que, además, compartí en Facebook porque es la verdad. Yo le decía: “Yo sólo tengo amor para darte, Maja”. Y para mí es muy profundo, muy bonito.

 

Danna García y Maja

Danna García y Maja

¿Qué proyecto fue el que te hizo venir a México? Y ¿en qué colonia vivías?

Se llamaba Jimena y Kyralina. Un proyecto de playa. Después de que audicioné me dieron el personaje. Sorpresa para mí cuando me llaman, me embarco en un avión, y yo: ¡Wao!… ¿Y ahora?… Sin conocer nada. Viví en Insurgente Sur con Barranca del Muerto.

 

¿Qué es lo que más pesa de ser adulto?

El miedo. Es esa perspectiva que te da la experiencia, de reconocer cuando algo tiene algo de riesgo, y la posibilidad de salir herido. Cuando eres niño, todo es nuevo, todo te encanta y todo te fascina. Nada te asusta. Sobre todo, que puedes equivocarte, porque de niño nunca importa si te equivocaste. Cuando creces te das cuenta de que hay cosas que duelen, hay cosas que asustan, que hay cosas que son peligrosas. De adulto el miedo al dolor te limita.

 

 

¿Qué causas sociales te mueven y cuáles te quiebran?

Me duele el mundo. Me duele el sufrimiento ajeno. Considero que hay tantas cosas por hacer, y me conmueve mucho la indulgencia que cada día más hay en la humanidad, por un sentido de independencia, que en lugar de pensar “somos”, pensamos “soy”.

 

 

Por Lid Barrientos y Dolores Mateos


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