Un restaurante de historia mexicana en un ambiente moderno y lujoso. Los retratos de Frida y el arte de dulces mexicanos te recuerdan dónde estás. Los platillos son reinterpretaciones de platillos típicos del sur y norte de México, más propuestas exquisitas que te harán querer tener dos estómagos.

El ambiente de Diego y yo

En una de las zonas más exclusivas de la Ciudad de México, este restaurante tiene una atmósfera lujosa, discreta, de luz tenue. Esto hace contraste con las imágenes de los dulces mexicanos (ve nuestro reel del final) y con la presentación de los alimentos. 

A este lugar vienes para una cita de trabajo pero también a brindar con amigas en la terraza, porque en ese espacio estarás a tus anchas y disfrutarás las delicias de su cocina.

En los techos encontrarás plantas y hasta el jabón de manos huele a natural, casi casi al jugo verde que te tomas por las mañanas. 

Las fotografías de Frida son alegres, naturales y casuales, ¡como no vemos a la artista comúnmente! También hay cartas que sobrevivieron un incendio y no nos quisimos dar a la tarea de invadir su intimidad al leerlas. 

¿Qué comimos?

En esta ocasión fuimos una amiga y yo a ponernos al corrientes con nuestras vidas y a disfrutar de la comida. Se nos dijo que había platillos de Coahuila y mi acompañante era la perfecta catadora porque es de allá. 

entradas del restaurante diego y yo

Empezamos con estas dobladitas (que pueden ser de coliflor) hechos con «tortillas» de jícama y ¡chamoy en polvo y líquido! Muy ricos. También tuvimos una entrada de betabel al josper, en una cremosa salsa con pistaches, que a pesar de que a mí no me gusta el betabel, puedo decir que estaba rica. 

betabel de diego y yo

Seguimos con uno de los platillos que fue el ganador de la noche (empatado con el postre), unas tipo gorditas rellenas, al parecer de la región de La Laguna, uf, exquisitas. Se llaman Infladitas laguneras.

También estos tipo volcanes reinterpretados por Diego y yo estaban muy buenos, las Tronadoras. Y como les decía, en la presentación hay flores y mucho verde, que contrasta con los platos y manteles en colores neutros y elegantes. 

Terminamos, muy a nuestro pesar, el banquete con el postre que se mereció el otro 10 de 10 de la noche: una mezcla de helado con plátano (Mostachón de plátano) que nos hizo poner la cara que verán en el video. 

Sin problema volveríamos muchas veces, y qué mejor que ir con varias personas, así podríamos disfrutar de más platillos sin sentir que dejamos mucho en el plato, ¡muy recomendable!

Diego y yo: Av. Pdte. Masaryk 123, Polanco

Cheque promedio sin alcohol: $800 pesos.

Aquí unas ideas para tus regalos de Navidad, ¡que no te agarren las prisas!


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