displasia-de-cadera

Este no es un tema muy popular por eso hay que hablarlo. Nos acercamos al Dr. Roberto Galván Lizárraga, jefe del departamento de enseñanza y de la clínica de patología de cadera / Hospital Shriners para Niños México para contestar todas nuestras dudas y que tú estés atenta con tus peques.

Cuéntanos, ¿qué es la displasia de cadera?

La displasia de cadera tiene origen está en la mala articulación entre el hueso superior del fémur y la cavidad que se encuentra en la pelvis. Este padecimiento tiene un amplio espectro de afecciones que puede incluir desde una dislocación completa de la parte superior del fémur o bien que la cavidad en la que debe entrar sea poco profunda.

¿Cuáles son los síntomas?

No existen signos externos que nos indiquen la presencia de displasia de cadera en los recién nacidos, ya que la mayoría de las veces los indicadores más visibles se hacen presentes con el paso de los años y muchas veces lleva a que se obtenga un diagnóstico tardío.

Sin embargo, algunos detalles a los que podemos prestar más atención es dentro de los primeros años de vida del bebé, y que permitirán llegar un diagnóstico oportuno son los siguientes:

  • Discrepancia en la longitud de las piernas
  • Existencia de pliegues de piel en el muslo que los hace ver disparejos
  • Movilidad o flexibilidad limitado de uno o ambos lados
  • Cojeo
  • Marcha tambaleante
  • Caminata de “puntillas” de forma constante
  • Sonido de “click” al momento de abrir las piernas del niño para cambiar los pañales.

¿Hay edad común en que aparezca?

Este padecimiento puede presentarte desde el momento de nacer y al ser detectado a tiempo, puede tener soluciones más sencillas. Una de ellas, es el uso de un arnés Pavlik (un aparato ortopédico), que llevará durante tres meses mientras los tejidos blandos que rodean la cadera se tensan y permiten la correcta articulación de la cadera hasta que esta se estabilice.

¿Cómo afecta en la vida cotidiana de quien lo padece?

Al no ser atendida de forma oportuna la displasia de cadera puede ocasionar dolor en la cadera, muslos, rodillas que se intensifica con las actividades comunes del día a día, de igual manera podría hacer evidente la presencia de cojera.

¿Cuál es el tratamiento?

Existen diversos tratamientos para este padecimiento y estos dependen del momento en el que es detectado.

Los más sencillos constan de un “reacomodo” de los huesos de la cadera con ayuda de aparatos ortopédicos y terapia física, hasta los más complicados que requieren de una cirugía para la preservación de la cadera o un remplazo de esta.

Y si al paciente no se le detectó el problema y la cadera está totalmente luxada el proceso es quirúrgico, con una recuperación de inmovilidad de 6 a 12 semanas, después se requiere un proceso de rehabilitación que puede ir desde los 2 hasta los 6 meses. En algunos casos se requiere una segunda operación.

¿Se puede evitar con hábitos de vida?

Debemos considerar que la mayoría de las veces la displasia de cadera tiene su origen en factores genéticos y mecánicos, es decir puede ser un padecimiento heredado o bien surgir a causa de poca presencia de líquido amniótico durante el embarazo o una mala posición durante la gestación. Es por ello que resulta importante dar seguimiento al desarrollo del bebé y en caso de presentar estos antecedentes actuar de forma oportuna con un diagnostico médico mediante alguna radiografía o ultrasonido durante los primeros tres meses.

Una de las causas relacionadas con los estilos de vida es la de envolver al bebé con las piernas juntas como “taquito” ya que con esta posición se provoca que las caderas se junten y se salgan de su lugar. Así que evitar este tipo de postura en el bebé podría ayudar a evitar complicaciones.


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