Anime es el término que utiliza el público occidental para describir las películas y programas televisivos de animación japoneses. ¿Por qué genera taaanto impacto en nuestros adolescentes?

Aunque sus orígenes se remontan mucho más atrás, el anime ha atraído al público occidental con su peculiar estilo y sus recursos narrativos. El anime abarca todas las tramas, desde conflictos postapocalípticos hasta desamores de instituto.

El anime y  impacto en los adolescentes

Sin duda el anime fascina a los adolescentes con sus diferentes géneros cinematográficos e historias. Sin embargo, la exposición de dicho segmento a estos contenidos pueden tener efectos en su desarrollo emocional.

“Al tratarse de animaciones o caricaturas, podemos creer que están hechas para adolescentes y niños, lo que en muchos casos suele ser así, pero en otros, la trama es confusa, contiene contenido explícito, muy violento, agresivo, sexual, y en muchos casos, pornográfico. Es por eso que es importante poner atención sobre lo que consumen nuestros hijos y así, poder identificar el impacto que este contenido puede tener en su desarrollo emocional”, comentó Elisa Furlong, Familióloga, experta en crianza y educación de los hijos.

Anime y su impacto en nuestros hijos. Foto: weheartit en Pinterest

Anime y su impacto en nuestros hijos. Foto: weheartit en Pinterest

¿Influye en su desarrollo personal, por qué? 

Es importante mencionar que durante el desarrollo de los adolescentes, ellos empiezan a resolver desafíos conflictivos en donde tratan de comprender su entorno social y su lugar de pertenencia en dicha realidad.

Esta situación produce que construyan lazos de amistad con personas afines a sus características físicas y emocionales, sus gustos y la manera en cómo piensan.

El anime tiene diversas clasificaciones, pero como normalmente se ve en páginas de internet puede ser confuso identificar el género, es por eso que Elisa Furlong nos comparte algunos de los géneros:

  • Kodomo:

Se trata del anime que es apropiado para niños pequeños, la palabra “kodomo” precisamente significa “niño” en japonés.

  • Shonen: 

Se trata del anime que es para niños y jóvenes de entre 12 y 15 años, Son animaciones con grandes dosis de acción, en las que a menudo se dan situaciones humorísticas. Destaca el compañerismo entre miembros de un colectivo o de un equipo de combate.

  • Shojo:

Es contenido dirigido para el público femenino adolescente, siendo en su mayoría protagonizado por una joven.

  • Seinen: 

Está clasificado para adultos jóvenes y en este se ven temas más complejos ciencia, filosofía y tienen contenido sexual.

  • Josei:

Es el anime dirigido para mujeres adultas, contiene romance y en muchos de los casos también relaciones interpersonales intensas.

  • Ecchi:

Este es un género confuso con temas atractivos para los adolescentes, contiene escenas sugestivas y usan ropa reveladora y poses sugestivas, aunque no llega a contener imágenes sexuales explícitas. Este tipo de anime suele ser cómico, también hay categorías de horror, comedia, drama y acción.

  • Hentai:

Aunque literalmente la palabra japonesa significa “anormal”, se utiliza comúnmente para referirse a algo “pervertido”. De este modo, Hentai hace referencia al anime, manga o videojuegos que tienen contenido sexual explícito.

Ahora bien, después de este breve recuento, puedes ver que aunque es muy sencillo pensar que nuestros hijos están consumiendo una simple caricatura, con estas clasificaciones está claro que el contenido al que pueden acceder, va mucho más allá.

Cuando tu hijo o hija no está pasando por un buen momento emocional y social, el anime puede volverse una escapatoria para ellos, y podemos comenzar a ver cómo esta afinidad y conexión que sienten con este tipo de contenido se vuelve parte de su realidad y comenzarán a cambiar su forma de relacionarse con su entorno social, vestirse, e incluso su forma de sentir.

Recuerda que nada debe ser en exceso, y aunque no podrás estar al tanto de todo lo que hacen tus hijos, puedes considerar que vean sus programas favoritos en áreas sociales y públicas de la casa.

Fuente:  Elisa Furlong Parenting Coach


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