La investigadora estadounidense Leonore Walker, quien describió en 1979 el círculo de la violencia, trabajó en un refugio para mujeres maltratadas y observó que muchas mujeres describían patrones similares en el proceso de maltrato y que éste tenía una forma cíclica. Al analizar el círculo de la violencia se puede responder a ciertas preguntas: ¿Por qué la mujer agredida no deja a su agresor? ¿Por qué no denuncia la agresión? ¿Por qué si se atreve a denunciar (en la mayoría de los casos) retira la denuncia? ¿Qué sienten las mujeres agredidas en cada fase?
El circulo o ciclo de la violencia descrito por Walker nos ayuda a entender cómo se reproduce la violencia en la pareja. El circulo se desarrolla en tres fases:
- Fase de tensión.Se caracteriza por una escalada gradual de tensión en la pareja, que se caracteriza por el aumento de conflictos y actos violentos. El agresor demuestra su violencia de forma verbal y, en algunas ocasiones, con agresiones físicas, con cambios repentinos de ánimo, que la mujer no acierta a comprender y que suele justificar, ya que no es consciente del proceso de violencia en el que se encuentra involucrada. De esta forma, la víctima siempre intenta calmar a su pareja, complacerla y no realizar aquello que le moleste, con la creencia de que así evitará los conflictos e, incluso, con la equivoca creencia de que esos conflictos son provocados por ella, en algunas ocasiones.
- Fase de agresión.Es la fase en la que estalla la violencia, ya sea física, psicológica y/o sexual. Se producen estados de ansiedad y temor en la mujer, temores fundados que suelen conducirla a consultar a alguna amiga o familiar, a pedir ayuda o a tomar la decisión de denunciar a su agresor.
- Fase de conciliación(fase de luna de miel). En esta fase después de los episodios violentos, el agresor suele pedir perdón, mostrarse amable y cariñoso, y promete que no volverá a repetirse, que ha explotado por “otros problemas” siempre ajenos a él. Jura y promete que la quiere con locura y que no sabe cómo ha sucedido.
Incluso se dan casos en los que puede llegar a hacer creer a la víctima que esa fase de violencia se ha dado como consecuencia de una actitud de ella, que ella la ha provocado. Con estas manipulaciones el agresor conseguirá hacer creer a su pareja que “no ha sido para tanto”, que “sólo ha sido una pelea de nada”, verá la parte cariñosa de él. La mujer que desea el cambio, suele confiar en estas palabras y en estas “muestras de amor”, creyendo que podrá ayudarle a cambiar.
Sin embargo, ésta es sólo una fase más del ciclo, volviendo a iniciarse, nuevamente, con la fase de acumulación de la tensión.
¿Cómo romper el círculo?
Para romper el círculo de violencia es necesario que la víctima sea consciente de su situación. A partir de este reconocimiento será posible que se le pueda proporcionar ayuda, tanto moral, como profesional.
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