El cotonete se utiliza para limpiar el exterior del oído, pero no se recomienda introducirlos en el conducto auditivo, ya que esto puede dañar el tímpano y provocar problemas de audición.
Daños en el canal auditivo
- Empujar la cera hacia adentro. El uso del cotonete empuja la cerilla (cerumen) hacia el interior del conducto auditivo, acumulándola en lugar de eliminarla. Esto ocasiona tapones de cerumen, dificultando la audición e incluso provocando dolor.
- Lesiones en el oído. Se corre el riesgo de rayar o irritar la piel delicada del interior del oído, lo que puede generar molestias e incluso infecciones. En casos graves, se producen perforaciones en el tímpano, lo que conlleva problemas auditivos más serios.
Alteración del mecanismo natural de limpieza
- El oído tiene un sistema de autolimpieza. El cerumen, a pesar de ser comúnmente mal visto, cumple una función importante: humedecer y proteger el conducto auditivo atrapando polvo y pequeñas partículas.
Los movimientos naturales de la mandíbula y la presencia de vellos diminutos en el oído ayudan a que la cerilla se mueva hacia afuera de forma natural.
- Eliminar la cerilla por completo es perjudicial. Reseca el oído, haciéndolo más vulnerable a irritaciones e infecciones.
Detén el uso frecuente del cotonete. Foto Freepik
Alternativas seguras de la limpieza
- Lavado externo. Basta con lavar la oreja con agua tibia y jabón suave. Puedes usar una toallita o paño suave para secar cuidadosamente el pabellón auricular y la zona externa del conducto auditivo.
- Solución salina. Si hay exceso de cerilla o taponamiento, un médico puede recomendar el uso de gotas de solución salina para ablandar la cerilla y facilitar su eliminación natural.
- Consulta médica. En caso de molestias persistentes, tapones de cerumen o sospecha de alguna lesión en el oído, es fundamental consultar a un otorrinolaringólogo. El especialista evaluará la situación y recomendará el tratamiento adecuado.
Recuerda que la salud auditiva es vital para una buena calidad de vida. Proteger tus oídos y evitar prácticas que puedan ponerlos en riesgo es fundamental.
Foto principal: Freepik
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