Hablar de Frida es transportarnos de una vez a las bases de la segunda ola del feminismo en el mundo. Es símbolo de lucha e igualdad de géneros. Su legado, que aún está presente, revolucionó a la sociedad a través de su arte y pensamiento.
La mexicana nacida en Ciudad de México era un alma noble que dedicó su vida a reivindicar la posición de la mujer ante el mundo. Más en un país, donde el machismo ha sido la bandera de vida de muchas familias.
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Si hablamos de mujeres integrales, Frida, es un digno ejemplo. Fue una gran pintora y poetisa del siglo XX. Siempre buscó que su arte expresará más allá de los sueños del mundo. Buscaba transmitir, en oleo, las realidades del mundo y sus realidades, logrando crear para la posteridad todo aquello que es digno de admiración y respeto, como el amor.
¨Pensaron que yo era surrealista, pero no lo fui. Nunca pinté mis sueños, sólo pinté mi propia realidad.¨ Frida Khalo.
Frida, la pintora
En el aspecto artístico, Frida se desenvolvió en un mundo donde los mayores reconocimientos lo tenían los hombres. Se movió en el mundo de los más grandes muralistas mexicanos. Pero, como era irreverente y auténtica, modificó la manera de hacer arte y se apegó a su propia tendencia. Aunque muy surrealista, se especializó en crear una tendencia mucho más metafórica donde con colores y matices ejemplificó las más nobles batallas de vida, su vida.
Su sueño de ser pintora inició en la etapa de convalecencia en el cual se recuperaba del accidente que la dejó en cama por mucho tiempo. Entonces demostró que las ganas de salir adelante son esencia de vida de cada mujer de cada ser humano. No hubo excusa que le permitiera cumplir sus sueños, al menos, un sueño de tantos.
Frida era como el viento: libre. En sus obras plasmó libremente temas como sexualidad, aborto, lactancia, desnudez y maternidad. Aunque este último no pudo ser un sueño que concretara, lo expresaba de la forma más natural.
Amor, tormentoso amor
Su personalidad irreverente y de ímpetu la hizo, a pesar de su rara belleza, según sus detractores, que fuera una mujer deseada por muchos. Entabló una relación amorosa con Diego Rivera, se casaron por primera vez (lo hicieron dos veces), él de 43 años y ella con tan solo 22. Desde que inició su vida marital, Frida conoció el lado más oscuro de infidelidades. Le perdonó muchas infidelidades, pero la que más le marcó fue cuando descubrió que la engañaba con su hermana menor.
A partir de esta decepción, Frida, abre el espectro de su mente y se evoca a vivir su vida de manera más abierta. Aprovechando el dolor causado por Diego, comienza una relación con León Trotski. Se dice que comenzó a tener encuentros tanto con hombres como con mujeres.
Un año más…
Un día como hoy, 67 años atrás, partió de este plano. Dejando un legado imborrable. Bajo las notas del himno nacional y del Corrido de Cananea, sus restos fueron velados en el Palacio de las Bellas Artes. Fue incinerada y sus cenizas reposan en La Casa Azul de Coyoacán.
«Pies, ¿para qué los quiero si tengo alas para volar?»
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