La controversia está servida entre padres, familias y expertos. Ofrecemos a los bebés el chupón ¿si o no? Detractores no le faltan pese a que tradicionalmente la sociedad tiene establecida la bonita imagen de un bebé con un chupete en la boca succionando con avidez. Sin embargo, la Asociación Española de Pediatría, como muchas otras entidades pediátricas, desaconsejan su uso los primeros meses de vida y más cuando se va a ofrecer lactancia materna.
La vida real
Ahí nos tienes con la canastilla del bebé preparada y repleta de chupones, en especial ese… sí, el que te regalan con su nombre, su cadenita plateada y su gancho para que no se le caiga. Muy lindo sí. Estamos en el hospital y nos advierten esto, no, aún no le ofrezcas al bebé el chupón, si llora, dale pecho. Y así durante mes y medio, mínimo.
Pasado un tiempo, le ofrezco ese bonito chupón con su nombre a mi hijo y ¡zás! Lo escupe. Le pongo otro más pequeño y con otro material y otra forma más adecuada al bebé. ¡Y zás! Lo escupe y sonríe… ¡Vaya juego hemos encontrado! Bueno, pues incontables las veces que lo intenté puesto que todo el mundo insiste e insiste en ponerle el chupón para que se calme y no llore, así duerme mejor, etc. Sin embargo, está comprobado que por lo general los bebés en lactancia materna rechazan el uso de este elemento y de cierto modo, bien que hacen, con motivo.
¿Bueno o malo?
Los detractores del chupón tienen también sendos argumentos para justificar su no uso en las familias. Riesgo de ahogamiento o muerte súbita, deforma la dentición, adicción difícil de quitar cuando el bebé sobrepasa los 12 meses… Mucha gente desconoce los riesgos posibles y ofrece el chupón como algo natural a la crianza, pero verdaderamente no es así y hay que conocer todas las posturas para elegir libremente nuestra opción.
Chupón sí o no: decisión de los padres y nadie más.
Sin embargo, como madre primeriza te hartas de oír: “ponle a ese niño el chupete que no llore más” “¿Cómo que no usa chupete? ¿Y entonces? ¿Cómo se calma?”. Los pediatras recomiendan otras formas de tranquilizar al bebé como es el contacto piel con piel (los conocidos “brazos”), la succión de otros elementos como vasos de agua de entrenamiento, mordedores homologados o juguetes o la propia lactancia materna. Pero no, aún pasaron otros meses más en los que las abuelas me preguntaban y continuamos aumentando la colección de chupones en casa. “Toma este que simula el pezón materno, a ver si lo quiere”. Y claro, el niño a su juego de escupirlo lo más lejos posible.
Cuando el bebé tenía unos 9 meses o 10 y me seguían diciendo que le pusiera el chupón, las miraba con media sonrisa y les dicía, “señora, no lo necesita, me tiene a mi”. ¿Sustituimos a la madre con el chupón? Muchas veces he pensado que es eso lo que realmente esperan de nosotras. Y tampoco se trata de cosificar a la madre con el chupón como también he oído en ocasiones como reproche. ¿Sabéis lo que pienso? Que los que realmente necesitan más de una vez el chupón son ellos, para que tengan la boca ocupada y dejen sus comentarios destructivos en contra de mamis primerizas.
¡Esa es la verdadera guerra del chupón!
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