comienzos

El otro día estaba viendo en Netflix la serie Un lugar para soñar, ¿ya la vieron? Trata de una chica que pierde a su bebé y a su esposo, y se muda a un pueblito lejano para comenzar de nuevo. Lo cual me hizo reflexionar sobre cuántas veces podemos (y debemos) iniciar un nuevo ciclo, por distintas circunstancias.

La cosa es, a como yo lo veo, que independientemente de nuestras experiencias, algunas más dolorosas que otras, no podemos quedarnos siempre en el mismo lugar, pues siempre viviríamos al margen de nosotros mismos. Es decir, mientras que un divorcio, la muerte de un ser querido o la pérdida de un empleo, nos obligan a cerrar un ciclo e iniciar otro, los 365 días del año nos regalan el mismo número de oportunidades para reinventarnos diariamente.

Mi reflexión es no esperar a que el infortunio nos alcance para decidirnos, a través del sufrimiento, a vivir en honor de quien ya no está o de lo que no funcionó. Todos los días podemos trabajar en lo que deseamos para lograr una vida plena (o lo más parecido a), y no me refiero a pertenencias o metas profesionales, sino a relaciones más valiosas.

Este año, aprovechando el inicio de un nuevo ciclo y la emoción de cumplir nuestros propósitos, propongo agregar uno más a nuestra lista: estar más presente; conmigo, con los míos y con los demás.

propsitos

¿Qué es eso de estar presente?

Estar presente es guardar el celular en las reuniones familiares, a la hora de comer en familia, cuando es momento de hacer la tarea o jugar con los hijos. Estar presente es expresar nuestros sentimientos hacia los seres queridos, desde un eres importante para mí o te extraño, hasta un gracias. Estar presente es abrazar mucho y reír sin control. Estar presente es reconocernos cada uno nuestros logros (y echarnos porras). Estar presente es visitar o llamar a las personas importantes en nuestra vida.

Estar presente es no permitir que lo banal nos distraiga o nos aleje de lo verdaderamente importante: construir lazos y vínculos con las personas que amamos, pues son los que nos inspiran en nuestro día a día y nos dan la fortaleza para reinventarnos.

Entonces, respondiendo la pregunta que Mel le hizo Jack en la serie: ¿cuántas veces una persona puede comenzar de nuevo? Yo contestaría: las que sean necesarias.


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