Muchas de nosotras amamos viajar, pero pocas consideramos algo fundamental antes de lanzarnos a la aventura: nuestra salud.

Si vamos a visitar algunos países no tenemos opción, pues nos piden como requisito ciertas vacunas para entrar (o para adquirir la visa). Pero vamos por pasos.

  • ¿Tenemos alguna condición crónica? Si sufrimos de diabetes o hipertensión, habrá que revisarnos antes y durante el paseo: checar la glucosa y tomar la presión. Pero los que solo tomamos una pastillita diaria hay que asegurarnos de llevarla. Yo soy hipotiroidea y ya me ha pasado que olvido mi dosis en casa y tengo que comprar una caja nueva (cuando tengo dos en mi clóset). Afortunadamente, en México puedo adquirirla, pero si estoy en otro país, no. Así que es básico guardarla en el neceser lo antes posible.

  • Las enfermedades de la región. «Algunos de estos problemas de salud no existen en México, por ejemplo, la fiebre amarilla que fue erradicada en nuestro país desde hace más de 70 años», afirma el doctor Benjamín Valente, especialista en medicina internacional de la Clínica del Viajero del Centro Médico ABC. «Hace dos años se presentó un brote en Brasil, por lo que si se viaja para allá es necesario vacunarse, igual si van a un safari a Tanzania o Kenia. Hay que decir que estas vacunas a veces no son fáciles de encontrar (o particularmente baratas), así que la prevención es tu amiga. Investiga los requisitos lo antes posible y mira cuándo te la tienes que aplicar para que inicies la búsqueda.
Otras vacunas recomendables son para las zonas donde hay infecciones como malaria, filaria, chagas y dengue.
  • Seguro médico. Dentro de nuestro mismo país es sencillo, pero si salimos, ¿qué pasaría si nos enfermamos? Les comparto que a mí me pasó: no sólo me dio una gran infección en la garganta, sino que me volví alérgica a la ampicilina estando en Inglaterra. En pleno jubileo de la reina (eso significa: todo cerrado). Afortunadamente, la salud pública es gratuita en ese país y si hubiera corrido a un hospital me hubieran atendido. Pero llevaba seguro de viajero e hice todo el trámite por ese medio (pero me salió más caro). Mi consejo: averigua cómo funciona en el país que visitas y si no es pública, mejor contrata un seguro.

  • Lleva un botiquín. Sí, está incluida tu medicina para el hipotiroidismo, pero no está de más alguna para las alergias, para la diarrea o dolor de cabeza. Ah, yo incluiría antifaz y tapones de oídos para dormir, repelente de mosquitos y melatonina, en caso de insomnio. Curitas o cinta Transpore, además de una loción para los pies cansados (como el famosísimo Frescapie), son salvadores si vas a un lugar donde caminarás mucho.

  • ¿Y si me enfermé en el viaje? Es muy muy importante que recuerdes esto. Si presentas algún síntoma «raro» ya de vuelta en casa (incluso MESES después) siempre menciona que te fuiste de viaje. Por ejemplo, la malaria puede ser engañosa y confundirse con muchas cosas más. La Clínica del Viajero está capacitada para resolver estos casos.

Puedes disfrutar de tus vacaciones sin problemas, ¡entre más preparada vayas, mejor!

¡Feliz viaje!

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