Aunque no lo crean, acabo de tener mi primera experiencia con una nutrióloga y ha sido toda una revelación, por eso, quiero compartirles cómo me fue, todo lo que creía que iba a suceder y lo que realmente pasó.
¿Por qué acercarte a una experta en nutrición?
Para romper todas estas creencias que yo tenía respecto al tema. Y, bueno, en realidad en mi caso ahora lo hice porque me invitaron a unirme al #RetoActivia para ayudar a mejorar mi salud estomacal, pues este yogur contiene muchos probióticos que ayudan a la digestión. Otra razón: porque no podía deshacerme de los 3 kilos pandémicos que traía y, la verdad, porque me llamaba la atención tener una experiencia con una nutrióloga… ¿sería que podría llevar un régimen alimenticio como tal? ¿Realmente mejoraría mi salud digestiva? Total, dije que sí.
Lo que me dijeron del reto fue esto: «Haciendo el Reto Activia, durante -al menos 14 días- podrás ayudar a mejorar tu salud digestiva. ¿Cómo? A través de un plan de alimentación semi-personalizado, con rutinas y tips de bienestar para sentirte bien por dentro y por fuera.»
Y es que no hay que olvidar que el estómago es nuestro segundo cerebro. ¡Implica tantísimo tener una mal salud digestiva!
Cabe destacar que mi reto fue súper personalizado, ya que no solo tuve mis menús diarios sino que me los diseñaron a mi medida y además, fueron tres semanas de mucho aprendizaje que les pasaré por acá.
Mi experiencia con una nutrióloga
Me entrevisté con la nutióloga Gabriela Peral por Zoom, ya me habían pedido varios datos y este primer encuentro fue una plática muy profunda sobre mi estilo de vida y cómo me siento en general con mi salud digestiva. Reconocí que a veces me inflamo y esto puede ser bastante incómodo, además de que le conté cómo era mi alimentación y otra cosa: mi razón por la que no había seguido ningún régimen alimenticio de este tipo. ¿Qué me ha pasado?, bueno, que cuando te dan menús te ponen, por ejemplo, 40 gramos de humus el lunes y tres semanas después, otros 40 gramos. No vuelves a ver el humus y me parece un desperdicio de comida y de dinero porque, ¿quién te vende 40 gramos de humus? Total que le dije: no me importa repetir comidas, es más, prefiero porque así no desperdicio.
Después de eso le dije lo que tenía en mi refri y ¡lo tomó en cuenta para hacerme los menús!
En el reto Activia (al final les dejo cómo inscribirse) nunca le entré a la comunidad de FB por lo que no supe cómo ganar los premios (que se veían buenísimos, como la air fryier que siempre he querido), pero sí me registré en la página web. Ahí encuentras menús, equivalencias, recetas, tips, a quién seguir (abajo te dejo la imagen) para tener equis o ye tips, etc.
El momento de enfrentarme a la realidad
Ahora sí, me tocó ver el plan de alimentación de la primera semana e ir de compras. Muchas verduras, muchas más de lo que estaba acostumbrada. Más variedad y a simple vista, mucha más comida de la que yo consumía.
Recordé algo que me dijo: «tu problema está en las porciones, tienes que llegar con hambre a la siguiente comida», lo cual raramente no sucedía.
Así que me repetí: «confía en el proceso» y me puse manos a la obra.
Semana 1: me di cuenta que las porciones ¡son muy pequeñas! 60 gramos de pollo en realidad es muuucho menos de lo que yo consumía. Eso sí, también 1 taza de yogur me parecía muchísimo y tenía la idea de que iba a subir de peso en lugar de bajar, pero no me di por vencida.
También me la pasé en la cocina preparando comidas, si bien eran muy sencillas, ¡cómo se lava la licuadora! Creo que ahora entiendo a las personas que odian los trastes.
Me di cuenta que efectivamente, llegaba a la siguiente comida con hambre y que muchas veces la comida no me dejaba con «mal del puerco» o llenísima. Simplemente ya no sentía hambre. ¡Es una novedad no sentirme llena!
Me di cuenta que una colación de 7 almendras es re poquito, pero ahí estaba yo dispuesta a comerlas.
¿Mi salud digestiva? Ejem, pues… mucho menos inflamada y el ir al baño era «distinto». No describiré por pudor, pero digamos que me di cuenta que ciertamente aumentar el consumo de verduras hace que tu estómago reaccione distinto.
Empecé a realizar algunos ejercicios de estiramientos en 5 minutos y era realmente rico, me di cuenta que estaba contracturada del cuello.
Semana 2: Esta semana nos enfocamos en varias cosas que Gaby me presentó en estas diapositivas que me parecen muy relevantes:
Yo camino mucho con mi perra y me da paz, así que eso punto lo tenía resuelto. El diálogo interno tenía que enfocarse en decirme cosas positivas.
Nunca había comido tanto yogur en mi vida y tenía la idea de que podría ser muy grasoso y lleno de calorías, pero no. Después de la semana uno me di cuenta de que sí me sentía mejor y ¡hasta bajé 1 kilo!
El levantarme temprano a meditar no fue realmente lo mío, para mí es mejor hacerlo antes de dormir, pero ser consciente de agradecer lo que sí tengo es un ejercicio maravilloso.
Otra cosa en la que he sido muy estricta en todo el reto: mis horarios de comida.
En la segunda semana el menú cambió y me di cuenta que un desayuno tan pesado no me ayudaba a llegar con hambre a la comida y que en la noche me estaba durmiendo con «hueco» en la panza. Así que comer a mis horas estaba siendo difícil debido al desayuno pesado.
Este reto en particular está muy enfocado en el estómago, así que esta diapositiva es verdaderamente importante:
Semana 3: esta semana es básicamente la de despedida y me da mucho estrés terminarla, porque, ¿cómo será retomar mis hábitos de antes? ¿Habré aprendido algo?
Si bien no fue tanto tiempo con la nutrióloga, tuve tres sesiones con ella en las que aprendí mucho, además de que desmitifiqué muchas cosas como lo que iba a comer más (por tanto, no iba a bajar de peso), que el yogur podía ser grasoso y «engordante» y el mito de que no me molestaba lavar tanto traste. Ja. Bajé dos kilos y me vuelvo a sentir «más yo». Ya sé que 3 kilos no es mucho pero lo notaba en mi ropa y hasta en mis fotos, ¡es que tú sabes cómo te ves y sientes!
Es cierto que eso de vivir sintiéndote no inflamada es lo normal y a veces sentimos que es lo anormal.
Estoy en la recta final del reto y puedo decir que me siento más ligera, más alerta y hasta duermo mejor. Ahora viene el verdadero reto: adaptar todo lo aprendido a mi estilo de vida cotidiano.
Ya les contaré cómo me va.
Aquí sobre el reto:
Tienes hasta el 4 de noviembre para participar.
Puedes registrarte en la página oficial reto.activia.com.mx en la cual, obtendrás un plan de alimentación semi-personalizado validado por la nutrióloga Ximena López y en dónde también podrás encontrar rutinas de ejercicio diseñadas por Tania García y tips de bienestar integral por Fernanda Martín.
A través de sus comunidades en Instagram y TikTok podrás encontrar también recetas, retos y variedad de ejercicios Así mismo en la Comunidad de Activia en Facebook, con más de 27 mil personas con las que podrás interactuar, podrás ver “lives” con invitadas especiales y podrás participar para ganar premios increíbles.
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