Muchos niños duermen con sus padres desde que son muy pequeños. Puede ser por costumbre de los propios padres, ya sea porque no quieren dejarlos solos o porque el niño o niña así lo pide. Bajo varias corrientes, este es un mal hábito que no solo perjudica a los peques, sino también a los progenitores, quedándose sin tiempo para el descanso, para sí mismos o su pareja. Ya sea que te guste o no, o simplemente estés buscando hacer la transición a su recámara, esto es para ti.

Te dejaremos unos pasos para lograr que los niños salgan de la cama de los padres y duerman en su habitación, ¡toma nota!:

  • Crea una rutina para dormir con actividades tranquilas como un baño, cuentos, dinámicas, etc. Con estos hábitos el niño o niña se relajará y esperará estas actividades para ir a dormir.
  • El cuarto del infante debe tener un ambiente tenue, sin decorados o colores llamativos para que pueda descansar y que en el lugar todo en orden.
  • Luego del cuento o la actividad tranquila que elijas, vendrá la hora de dormir en su cama y dejarlo solo en su cuarto. Al principio será difícil, ya que puede llorar o regresarse a la cama de papá y mamá, pero con el tiempo se adaptará al cambio. 
  • Para que duerma tranquilo, pueden empezar acostándose en la cama del niño (a) durante 1 semana, luego sentándose y más adelante colocar una silla al lado de la cama. Así puedes ir dejándolo solo poco a poco, durante minutos y progresivamente por más tiempo hasta que se acostumbre a dormir completamente solo.
  • En caso de que se pase a la habitación de los padres, ambos deben estar de acuerdo en acompañarlo de vuelta a su cama y manifestarle que cuando necesite algo, deberá decirlo desde atrás de la puerta o tocar, y que puede entrar al cuarto de papá y mamá, solo cuando sea una emergencia. 

¡Leer un cuento antes de domir¡ Foto: Pavel Danilyuk en pexels

Con estos tips lograrás crear nuevas costumbres que generarán beneficios en tu vida familiar y en pareja. Lo más importante para lograrlo será la constancia y firmeza para no permitirle entrar o subirse a la cama de nuevo.

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