Julius Robert Oppenheimer, la mente brillante detrás de la teoría de la bomba atómica, es tema de mesa gracias al éxito taquillero de Cristopher Nolan que ha recaudado alrededor de 140 millones de dólares en su primer fin de semana de estreno.
Oppenheimer, el «Prometeo Americano: el triunfo y la tragedia», una película basada en el libro titulado «The American Prometeus», de Kai Bird y Martin J. Sherwin, ganador del Premio Pullitzer en el 2006.
Así como Prometeo, el semi dios, robó el fuego a los dioses y se lo entregó a los hombres, Oppenheimer nos dio el elemento capaz de destruirlo todo. -“Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos”- texto hindú de Bhagavad-Gitase, se escucha decir a Oppenheimer en la película cuando mira el efecto de la primera detonación de la bomba.
Genio, ciencia y curiosidad infinitas en una misma persona: Oppenheimer (Oppie), protagonizado magistralmente por Cillian Murphy y un reparto impecable con Florence Pugh, Robert Downey Jr., Emily Blunt, Jack Qaid, Rami Malek, Matt Damon, Devon Bostick, Josh Peck, entre otros.
El «padre de la bomba atómica» hizo realidad la fisión nuclear: el proceso que inicia reacciones en cadena ilimitada con átomos radiactivos, que liberan energía sin control y pueden calentar lo que sea en centésimas de segundo, la bomba atómica fue el resultado del proyecto ultra secreto llamado «Manhattan», lidereado por el General Leslie Grover, invento que se convirtió en un arma de destrucción capaz de quemar la atmósfera (y aún no nos damos cuenta, porque de tanto repetir el riesgo, le perdimos el miedo).
ALGUNOS DATOS HISTÓRICOS:
En 1939 Estados Unidos se enteró, en parte por una carta de Albert Einstein al presidente Franklin D. Roosevelt, que los científicos nazis estaban progresando en la investigación relacionada con la división del átomo, lo que aceleró la prueba de detonación de la bomba.
El 16 de julio de 1945 los científicos de Los Álamos probaron el dispositivo en el desierto de Nuevo México, en un sitio remoto llamado Alamogordo, a 321 kilómetros de Los Álamos, la detonación fue llamada «Prueba Trinity» por Oppenheimer.
El antecedente a la bomba de plutonio (Little Boy) y la de uranio (Fat Man), que fueron posteriormente lanzadas por Estados Unidos sobre Japón (Hiroshima y Nagasaki), sitios que cuenta la historia, se eligieron al azar, causando la muerte de miles de personas y la inhabitabilidad del lugar, a pesar de la previa rendición de Alemania. -¡¿Cómo es posible que un hombre que lo ve todo sea tan ciego?!
Históricamente las bombas atómicas fueron el fin de la Segunda Guerra Mundial tras la rendición de Japón, pero el inicio de la guerra fría entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética, el inicio de la carrera armamentista nuclear: el principio del fin del mundo.
Oppenheimer dijo: «los físicos han conocido el pecado; y éste es un conocimiento que no pueden perder».
OTROS PERSONAJES:
Además de Oppenheimer, hubo otros teóricos que aportaron todo su conocimiento y experiencia al proyecto Manhattan, excepto Albert Einstein, autor de la teoría de la relatividad con la famosa ecuación E=mc2, la cual implica entre otras mucha situaciones que una cantidad modesta de masa, contiene una gran cantidad de energía, es decir; no hay enemigo pequeño. Claro, fue el creador de la bases de la mecánica cuántica.
Enrico Fermi: consiguió la primera reacción controlada de fisión nuclear en cadena, autor de la teoría de la desintegración radioactiva, según la cual un neutrón emite un electrón y un antineutrino para transformarse en protón.
Niels Bohr: impulsor de la física cuántica y autor del modelo atómico que predice la emisión de energía cuando un electrón pasa de un orbital exterior a uno interior. Debatió con Einstein la validez de las leyes de la relatividad en el mundo subatómico.
Richard Feynman: científico de partículas subatómicas y la electrodinámica cuántica, desarrolló la fórmula para calcular el rendimiento de una bomba de fisión con Hans Bethe.
Hans Bethe: físico teórico que descubrió el mecanismo que hace brillar a las estrellas, participó en la creación de la bomba atómica y luego se convirtió en gran defensor de la paz.
Edward Teller: clave en el desarollo de lla bomba H, cuya potencia es 2500 veces mayor que la de Hiroshima. Acompañó a Szilárd (inventor del refrigerador) a convencer a Einstein de firmar la carta para Roosevelt.
Ernest Lawrence: inventor del ciclotrón, que acelera iones ligeros a alta velocidad con un campo magnético sin recurrir a altos voltajes, el elemento químico 103 recibió el nombre Lawrence en su honor.
Karl Heisenberg: pionero de la mecánica cuántica, formuló el principio de incertidumbre «es imposible medir simultáneamente de forma precisa la posición y el momento lineal de una partícula».
Oppenheimer, el semi dios y el hombre; el visionario y el ciego; el luchador por la paz y la muerte; el acusado de izquierdista pero reconocido como leal a su patria; el físico teórico y el que encontró quién lo llevara a la práctica; el que creía que Einstein no había comprendido lo que había creado, para comprobar después que eligió no seguir para no darles a los mortales el poder de los dioses…
Vean la película, es la película de la persona, pero no olviden la bomba: «quién no conoce la historia está condenado a repetirla», 78 años no son nada. En mi nunca humilde opinión: la estupidez humana es infinita, y no implosiona hasta tragárselo todo como cuando muere una estrella y el agujero negro absorbe hasta la luz; el hombre tiene la capacidad de potencializar el riesgo «casi cero» y deshacer el «cero» para provocar el «casi».
Deberíamos de guardar horas de silencio por quienes vivieron el horror de la bomba, bendecir a los que se opusieron a la bomba H y a los que promueven el desarmamento nuclear y quizá, maldecir a los genios detrás del arma definitiva.
Karla Lara
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