Los castigos son parte normal en la relación madre-hije. “Por no hacer la tarea no verás televisor” y cosas así. Aunque hoy en día con todo el tema de “madres modernas” los castigos tradicionales son un poco “endemonizados” o mal vistos, hay una buena forma de imponerlos: hacer que tus hijes puedan escoger sus castigos.
¿Cómo funciona?
Tu hije sale, acuerdan que pasarás por elle a cierta hora, cuando no llega al momento y se aparece tiempo después le das a entender la situación y esperas a que ella ponga su castigo. ¿Cómo así?
“Me hiciste esperar unos 20-30 minutos de más. Habíamos acordado una hora y yo también tengo cosas que hacer y mi tiempo vale. ¿Cuál es tu castigo?
¿Qué se logra con esto?
Primero, no estás castigando sin más, le das a entender por qué lo haces, como te hizo sentiré y por qué está mal. Así tus hijes comienzan a entender y a tener una visión más clara del porqué las cosas están bien y por qué están mal. Recuerda que para elles no es clara la razón de tu molestia y con una actitud negativa no se logra nada.
La relación causa-consecuencia
Al ser la primera vez que pasen por esta clase de situaciones, lo más probable es que los castigos sean descabellados. Puede que se impongan castigos muy fuertes a cosas mínimas y viceversa. Aquí es donde vas a orientar para que puedan tener una idea clara de la relación causa-consecuencia.
Las cosas muy graves ameritan castigos radicales y las más leves castigos más sencillos.
¿Dejarías que tus hijes puedan escoger sus propios castigos?
Enséñale a tus hijos sobre planeación financiera
Síguenos en redes sociales como @KENArevista: