El queso, más que un alimento es casi una religión. Existen tantos tipos diferentes, tantas elaboraciones distintas e incluso recetas que no llevan lácteos. Esta, por ejemplo es una de ellas, un queso de papa que está para chuparse los dedos y no sólo los vegetarianos o veganos pueden disfrutar de tan exquisito manjar, porque cualquiera quedará encantado.
¿Qué necesitas?
- 2 Papas
- 1 ½ cda de sal
- 2 cdas de fécula de maíz
- 2 cdas de levadura nutricional con sabor a queso
- 4 cdas de fécula de mandioca
- 150 ml de aceite de oliva
- 2 tazas de agua de la papa
Preparación (para unos 600 grs de queso)
Pela ambas papas y córtala en trozos.
A continuación agrégala a una olla con agua y ponla a hervir. Cuando esté suave, llévalas a una licuadora junto con las 2 tazas del agua de la papa. La consistencia debe ser ni muy espesa ni muy líquida, debe quedar de un cremoso suave. Cuando ya lo tengas es hora de agregar los demás ingredientes.
Colocamos la sal, fécula de maíz, la levadura, fécula de mandioca y el aceite de oliva. Puedes agregar una especia suave si lo deseas como el ajo en polvo, algo que no elimine el sabor a queso. Licua muy bien y si la sientes muy espesa agrega un poco más de agua.
¡Llevamos al fuego!
Agrega la mezcla a una sartén a fuego medio y remueve con una paleta de madera poco a poco. Una vez comiences a ver burbujas, muévelo con un poco más de rapidez por unos 5-7 minutos. Cuando lo tengas apaga y retira del fuego.
Ve por un recipiente para agregar la mezcla resultante y deja enfriar a temperatura ambiente. Cuando ya esté completamente frío, llévalo al congelador toda la noche o de un día para el otro y estará listo.
Ahora sólo te queda desmoldar y disfrutar. Este queso de papa es delicioso y es perfecto para toda clase de comidas y preparaciones. Puedes incluso agregarlo en pizzas y conseguir esa consistencia elástica y deliciosa que todos conocemos.
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