Sabes que soy fan de las «escapaditas» y de los breaks de la vida cotidiana, salir de la rutina y la vida ajetreada por tres días-dos noches para darse un respiro, te juro he comprobado, hacen la diferencia en cuanto a salud y estado de ánimo.
Cambia de aires y recarga tus pilas en solo un fin de semana. Aquí te dejo tres lugares altamente recomendables para que llenes tus ojos con pintorescos paisajes, tu paladar con comida deliciosa y tu alma con actividades locales únicas. Yo no soy guía de turistas, solo te cuento lo que he probado y adorado yo.
1.SAN MIGUEL DE ALLENDE, Guanajuato
Si hablamos de pintoresco, SMA debe ser la definición. Al ser cuna de muchos artistas nacionales y extranjeros, encontramos galerías y exposiciones abiertas en casi cada esquina. También tiene una cultura fuerte de gastronomía artesanal y orgánica. Por supuesto que no te faltarán noches bohemias donde tomar un coctel de autor.
- Visita el jardín central y su icónica iglesia.
- Entra a las galerías y exposiciones al aire libre.
- En los alrededores hay balnearios de aguas termales y cascadas, ¡vamos!
- Prueba su pan artesanal y productos orgánicos locales.
- Date una vuelta por la Fábrica de la Aurora (muebles, arte, deco).
- Brinda en la noche en alguna terraza con súper vista.
2.TEPOZTLÁN, Morelos
Rodeado por el hermoso cerro del Tepozteco, este colorido pueblo es de mis lugares hippie chic favoritos. Las culturas ancestrales encuentran cabida y puedes ampliar tus experiencias sobre las mismas al tiempo que también haces feliz al paladar ¡y al cuerpo!
- Me encanta el cerro, si te da tiempo súbelo en plan hicking hasta la ruina (¡jaja! no la tuya, los vestigios del adoratorio mexica).
- Camina por su tianguis de alimentos y artesanías, estoy segura que algo original te va fascinar y se «te va pegar». (Si vas en temporada alta, mejor recórrelo a pie o en moto no ruidosa, porque es imposible estacionarse y tardas horas en llegar).
- Tómate una michelada con paleta de tamarindo y atrévete con un taquito de chapulines. ¿Famosas las Tepoznieves no?, comprueba porqué.
- Vas adorar la llamada Fosa de Quetzalcóatl en Amatlán (pueblo de junto), acaba de ganar un premio al Mérito Forestal… tú dirás, es una belleza local aún no tan turística.
- Regálate un par de horas visitando el museo de Arte Prehispánico, Carlos Pellicer.
3.CUETZALAN, Puebla
De mis recientes descubrimientos y qué bueno que fui. No había escuchado mucho de este lugar y tenía poca expectativa (a veces es lo mejor). Aunque no es un lugar con vida de noche (como los dos anteriores), tiene de todo: cascadas, grutas, jardines, ruinas, mercadillo de artesanías y hasta voladores en la iglesia del centro.
- Ve al tianguis dominical, yo compré una canasta de mimbre, un par de aretes tejidos, cucharitas de madera, miel de abeja melipona, mezcal de sabores, un ramo impresionante de alcatraces y bolsitas de diversas hierbas curativas para hacer té.
- ¡Imperdible la Cascada de las Golondrinas! Es un lugar impresionante, muy empinado ¡así que ¡aguas!, también puedes hacer rappel, muy instagrameable 😉
- Otra cascada que amé fue Las Hamacas, me sentía en los cráteres de la luna.
- Toma una visita guiada en alguna cueva o gruta con estalactitas y estalagmitas, te sentirás Lara Croft en las profundidades de estos sitios, hay formaciones impresionantes. A mi me gustó la Gruta Aventura.
- No te pierdas la tradicional Ceremonia de los Voladores en la Iglesia de San Francisco, intrépidos adultos y también con niños pequeños.
Te dejo mi Instagram: @tani_cone, checa más fotos y detalles de mis escapaditas y cuéntame sobre las tuyas, también se vale sugerir lugares para descubrir, con gusto haré «la investigación de campo».
Ya para cerrar te regalo esta frase que se me hace muy al caso con lo que estamos hablando:
«No viajamos para escapar de la vida, viajamos para que la vida no escape
de nosotros»
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