Por: Psic.Circe Montes de Oca, Coach de apoyo psicoemocional – Pronokal Group México

Nuestro cuerpo es la casa que habitamos, ese espacio físico que nos permite estar y ser lo que cada quien decida. Así como cuidamos de nuestra casa, nos gusta verla ordenada, limpia, agradable para nosotros y quien nos visita, así es como te propongo que visualices tu cuerpo.

No se trata solo de tener una linda fachada, también el interior importa, es un todo y habrá que dedicarle tiempo y esfuerzo.

Empecemos por analizar y valorar honestamente la actitud que tenemos respecto de nuestro cuerpo.

¿Qué ves?

En primer lugar, es importante estar conscientes de que la autoimagen es consecuencia de la relación que guardamos con el medio que nos rodea: cultura, familia, amigos, estilo de vida. Aprendemos si es o no importante cuidar de nuestro cuerpo, configuramos expectativas sobre lo que es tener uno que nos guste y a la vez, adquirimos hábitos que nos permiten funcionar pero que van en contra de lo que sabemos es recomendable: comer sano y balanceado, hacer ejercicio, tomar agua, dormir bien, tener actividades relajantes.

Vernos con un problema de sobrepeso u obesidad no es resultado del desinterés, es que parece que no tenemos opción y la alternativa es dejar de escucharnos, evitar el reto de cambiar porque no sabemos cómo hacerlo. O estar obsesionadas(os) con el peso, vamos de dieta en dieta o nos sometemos a ejercicios extenuantes, que de igual forma está lejos de ser una visión positiva de nuestro cuerpo.

Te puede interesar: ¿qué discurso te das a ti misma?

Empecemos con identificar en qué punto estamos en relación con la valoración que hacemos de nuestro cuerpo, ¿es una relación sana, en paz o estoy en continua fricción con él?, exigiéndole lo que no es o abandonándolo.

¿Visión real?

Vivimos en un mundo en dónde la imagen corporal está sobrevalorada, llena de estereotipos de una belleza inalcanzable para la mayoría de las personas, pero son parte de nuestras expectativas imaginarias. Es difícil gustarnos si el “yo ideal” está tan lejos.

Nos marcamos metas poco razonables y esperamos que el cambio sea rápido. Con estándares perfeccionistas y de éxito basado en el sacrificio.

Ejercemos una autocrítica severa, con auto verbalizaciones que nos lastiman. ¿Cuántos pensamientos negativos tendremos hacia nuestro cuerpo al día?, desde el cabello, cómo nos queda el pantalón, la piel que nos disgusta, etc.

¿Criticamos así a nuestra mejor amiga o alguien a quien queremos?

Se sobresimplifica la solución de problemas con frases como “échale ganas” o “querer es poder” que solo nos dejan dos caminos: el esfuerzo desmedido a costa de salud y disfrutar de la familia y amigos porque el éxito depende solo de mí o, la culpa, frustración y enojo porque no tenemos fuerza de voluntad para lograrlo.

¿Cómo crear una visión positiva?

Fortalecer una visión positiva de nuestro cuerpo empezará en las cosas que hacemos cotidianamente:

  • Monitorea lo que te dices, lo que haces por ti y tu cuerpo. Si hay algo que te gustaría y puedes cambiar, ¡hazlo!. Lastimarte no te ayudará a lograrlo.
  • Baja tus estándares de belleza. Dejar de ver en personajes públicos o en quienes te rodean tu expectativa. Tú eres tu propio parámetro.
  • Reconoce lo que haces bien, sé compasiva con tus errores. Cambiar no es fácil, pero si te acercas al apoyo profesional adecuado estarás fortalecida para superar las barreras.
  • Un cambio de hábitos puede generar malestar porque estás sacando a tu cuerpo de su zona de confort, asúmelo como parte natural del proceso, si fuera fácil cualquiera lo haría.
  • Encontrar el punto medio del bienestar, calidad de vida, en donde habitemos un lugar que nos guste está en incorporar hábitos saludables a nuestra vida. Un plan de cambio personalizado y acompañado de profesionales (médico, nutriólogo, entrenador físico y psicólogo) será tu fortaleza para llegar a la meta.

Tener una visión positiva de nuestro cuerpo significa aceptar y amar nuestro diseño de fábrica y cuidar cada pieza para lo que nos fue dada. Es nuestro lugar seguro, donde habitaremos toda la vida.

A escuchar: ¿cómo somos cómplices de nuestra baja autoestima?


Síguenos en redes sociales como @KENArevista: