
Sensaciones placenteras, encuentros íntimos memorables, intensos orgasmos y una conexión única con tu pareja, son sólo algunas de las cosas que puedes lograr a través del sexo tántrico. ¿Estás preparada para entrar a una nueva dimensión de placer?
¿Son posturas… o aguante?
Si crees que el sexo tántrico es solo un reglamento para hacer el amor por horas, estás en un error. El sexo tántrico, es una disciplina mística y seductora que tuvo sus orígenes en la India antigua. No es una religión, ni una tendencia.
Para hablar del sexo tántrico, empecemos por entender que tantra significa “tejer” y busca disfrutar y vivir plenamente cada instante a través de los sentidos.
De acuerdo a esta filosofía, el cuerpo no es un obstáculo sino un medio para alcanzar el conocimiento. Aquí tu pareja se convierte en tu objeto de meditación: La finalidad del sexo tántrico es expandir la conciencia a través de los sentidos. Durante el orgasmo se logra alcanzar el mismo estado que en la meditación.
¿En qué consiste?
El sexo tántrico consiste en una serie de ejercicios y prácticas, donde se utilizan los cinco sentidos hasta el límite. Tener alineados tus sentidos, te permitirá conocer a tu pareja en distintos niveles, hasta descubrir la parte divina que habita en él o ella. Cuando esto pasa, los dos se convierten en uno y llegan a establecer una conexión con el universo. Esta experiencia es totalmente placentera para los dos.
Lo que sucede en el sexo tántrico es que la Kundalini (o energía creativa) que reside en el hueso sacro va ascendiendo a través de la médula espinal, pasando por los seis primeros chakras hasta llegar a un chakra seis llamado Soma, que está muy cerca del entrecejo. En este chakra vives las experiencias de contacto sutil con otro ser humano. Entonces te comunicas sin palabras a través del contacto corporal, pero las sensaciones son distintas. Es una forma de meditación muy intensa.
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¿De dónde viene?
Según la historia, Shakti es la diosa femenina que representa el movimiento, Shiva es el dios masculino que representa la conciencia. El tantra ve en cada hombre a Shiva y a Shakti en cada mujer. La mujer es una diosa encarnada, una fuente de vida y el hombre es su adorador y está a sus pies para darle lo que ella pida.
Para lograr despertar a esta diosa que vive en cada mujer, necesitas realizar prácticas de relajación y meditación distintas. Algunas, consisten en usar las yemas de los dedos para recorrer el cuerpo de tu pareja y sentir todas las diferentes texturas de su piel. Otras consisten en pasar un lapso de tiempo sólo mirándose a los ojos. Por eso el tantra es muy importante, es estar presente sin pensar en cosas o situaciones ajenas al aquí y ahora.
Practicar sexo tántrico te permite llevar al máximo las experiencias sensoriales. Lo que se busca es prolongar la meseta el mayor tiempo posible.
En esta fase, la excitación aumenta, tu respiración se entrecorta, se acelera tu ritmo cardiaco, sientes que ya no puedes más y sabes que el orgasmo está cerca.
Tanto los hombres como las mujeres que practican el tantra son capaces de tener orgasmos múltiples, ya que practican una serie de ejercicios que ayudan a controlar la zona genital y la respiración. Los orgasmos se vuelven tan intensos y grandiosos que experimentas un estado total de gozo.
Esta práctica te permitirá alcanzar una conexión única y especial con tu pareja. Te ayudará a conocerte y aceptarte como diosa o dios que eres. Como toda disciplina, se requiere de mucha práctica para poder alcanzar estos magníficos estados.
Pero, ¿sabías que puedes practicar el tantra en todos los niveles de tu vida? Así es, no sólo en la parte sexual, puedes empezar por disfrutar plenamente un vino, una buena comida, el baño que te das todos los días, los rayos de sol que te tocan y las texturas que tus manos tocan continuamente.
A practicar
Les dejo un ejercicio para que lo practiquen en pareja y entre un poco de tantra en su vida:
Pide a tu pareja que se recueste desnudo o desnuda boca arriba y acarícialo muy suavemente con la punta de los dedos. Recorre muy lentamente todo su cuerpo, desde la cabeza hasta la punta de los pies. Que no pase otra cosa por tu mente más que en transmitir tu amor a través del tacto. No intentes excitar a tu pareja sexualmente, lo que buscas es que él o ella entre en un estado de meditación, sin quedarse dormido.
Sigue acariciándolo por un lapso de 15 a 20 minutos, siguiendo tus manos con la vista. En ese momento de amor no debe de existir ni pasado, ni futuro, sólo una vida perdurable.
Transcurrido el tiempo, siéntate en silencio y dale tiempo a tu pareja de que se recupere e inviertan los papeles.
Como tip, de vez en cuando haz contacto visual con tu pareja, recuerda que el objetivo de esta práctica es poder saborear, tocar, ver, oler y escuchar a tu pareja de manera natural para alcanzar una experiencia sexual a otro nivel.
¿Se te antoja probarlo? Concéntrate en realizarlo y vive una nueva técnica de placer.
¡Mucha suerte!
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