Todos hemos caído al menos una vez en una relación tóxica y abusiva, lo que merma de menos la confianza, el amor propio y nuestro ser mas profundo. Nadie quiere involucrarse en una relación tóxica, y es que no se llega ahí en consciencia, pero siempre hay banderas amarillas y rojas. Algunos ejemplos:

  1. Desde que conoces a la persona te sientes peor en lugar de mejor, incluso físicamente.
  2. Tus personas cercanas no tienen buena opinión de esa persona y no la ven saludable para ti.
  3. La «persona» te rebaja, maltrata, ignora, menosprecia con sus palabras y acciones, a veces o siempre.
  4. Te sientes emocionalmente confundida y desgastada.
  5. Dudas de tener la razón cuando hay desacuerdos y no confías en tu juicio. Pides validación.
  6. Pones las necesidades de «la persona» por encima de las tuyas. Te «sacrificas».
  7. Te culpas por lo que no es tu culpa, o justificas lo que lastima, incomoda o prende tus alertas.
  8. Te vas reduciendo o apagando, no eres la misma persona. Tienes síndrome de insuficiencia o impostura.
  9. «La persona» te aleja de amigos, familia y hasta comienzas a tener problemas en el trabajo o la escuela.
  10. Te da miedo dejar a «la persona» y salirte de la situación.

Las relaciones tóxicas tienen 3 etapas:

  1. Idealización: todo es perfecto, no hay errores, no hay defectos, es absoluta: todo es siempre o nunca, no hay medias tintas. Se exageran el amor, las atenciones, todo es rápido, absorbente y sin control, es eufórico.
  2. Desvalorización: una vez que «la persona» te tiene segura, comienza la bajada; comentarios y actitudes hacia tu persona, conducta, cuerpo, apariencia… pasas del cielo al infierno, lo que amaba de ti se vuelve un defecto o un error… todo mal.
  3. Descarte: ¿Te suena a que te botan a la basura?, pues un poco sí porque el «tóxico» tiene un protocolo de destrucción total frente a la amenaza de sentirse expuesto y mejor te deja, se va, y parece que todo sucedió en tu cabeza.

El diablo está en los detalles, «la persona» te va a decir que te extraña, se va a acercar para mantenerte ahí, pero no va a cambiar, no se va a disculpar, y sí vas a vivir y a veces sobrevivir conductas abusivas, gaslighting, problemas de autoestima, problemas de desempeño, a veces situaciones de acoso para que vuelvas, chantajes de todo tipo, en las relaciones tóxicas sobra tener un «cierre», una situación no saludable no puede tenerlo.

Las relaciones tóxicas nos dejan enojados y vacíos, porque normalmente se entrega mucho y se recibe poco o nada, cantamos del ronco pecho «el recuento de los daños» y nada nos consuela. Aquí es donde importa el PERDÓN, pero a uno mismo, no a «la persona», porque en muchísimas relaciones tóxicas nos volvemos voluntarios y no víctimas y eso genera culpa y a veces hasta vergüenza.

Después de una relación tóxica, recuperar el sentido del merecimiento es complicado, pero recuerda que como ser humano tienes derecho a:

  • Sentirte en un ambiente seguro
  • Decir «NO» como frase completa en cualquier momento
  • Cambiar de opinión en cualquier momento
  • Decidir a quién dedicas tu tiempo
  • Ser tratada con respeto
  • Tomar tus propias decisiones
  • Hacer solo lo que realmente quieras dentro de tus posibilidades
  • Poner límites saludables a quien sea
  • Pedir ayuda
  • No disculparte por cómo te sientes

SI TÚ ERES LA PERSONA TÓXICA DEBES DISCULPARTE CUANDO:

  • Trataste mal a alguien
  • Mentiste en consciencia de hacerlo
  • Traicionas la confianza de alguien
  • Rompes tus creencias y valores
  • Ofendiste a alguien
  • Dañaste a alguien

Para salir de relaciones tóxicas hay que romper la co-dependencia: deja de rescatar a las personas, de verlas por su potencial y no por lo que son, deja de resolverlo todo y de agradar a todos. Las relaciones deben ser justas y convenientes. Y ojo, aplica tanto para mujeres como para hombres.

Y si tienes ganas de entrar más en el tema no te puedes perder la inteligente obra «SÍ SOY YO, NO ERES TÚ», la obra de teatro que te quiere fuera de la estadística. Se presenta los jueves en el teatro María Teresa Montoya, protagonizada en alternancia por Daniela Carballo y Anna Ciocchetti, Ana Patricia Rojo y Liza Muriel, una producción de Bernardo Lartigue y Daniela Carballo, donde podrás ver «desde afuera» los casos de distintas mujeres que enganchadas en relaciones tóxicas les cuesta tiempo, amor propio, dignidad y algo más…

Y si quieres identificar si estás en una relación abusiva y quieres sanar y recuperar la confianza en ti, lee «TÓXICOS» de la Dra. Stephanie Moulton Sarkis, Editorial Planeta disponible en ebook.

Nadie merece sentirse menos y tampoco estar con alguien que te trata mal, que te «hace el favor» de estar contigo; aquí sí aplica siempre y para siempre: «Más vale sola que mal acompañada».

Abrazo,

Karla Lara

Foto de Girl with red hat en Unsplash


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