La Zabaleta siempre dice lo que piensa; es divertida y encantadora, es blanco de críticas que, sin embargo, a sus 52 años no hacen mella al talento y espectacular presencia de quien sabe nutrir cuerpo, mente y espíritu.
Por: Fatima Escobar
Una plática con esta mujer entera que, con los pies en la tierra, me responde, me hace reír…. Y reflexionar.
ENTREVISTA
Con ustedes: Susana Zabaleta…
¿Qué te mueve todos los días para levantarte y ser siempre auténtica?
Yo creo que mis hijos, porque por supuesto que me doy cuenta de la importancia del paso del tiempo: en cinco años, por ejemplo, un ser humano aprende a caminar, leer y ser un libre pensador. Así mis hijos me hacen entender el sentido del tiempo y yo se los agradezco mucho.
Si quisieras trabajar en una gran empresa y, en entrevista, te preguntaran una cualidad y un defecto de ti misma, ¿qué responderías?
La honestidad, en ambos casos, porque nuestros papás nos enseñaron que la honestidad es una virtud, pero ahora mismo, a mis 52 años, pienso que también puede ser un defecto. Mucha gente no está preparada para escuchar un “No tengo ganas”, “No quiero” o “No me gusta lo que haces, deja de hacerlo”. En México decir “No quiero” es muy complicado porque creemos que tiene que ver con la mala educación, ¡me he metido en algunos problemas por decir las cosas como las pienso!
Dime tres personalidades que admires.
Primero, Sor Juana Inés de la Cruz; también a mi abuela, que se llamaba Pura de los Santos y era una mujer maravillosa, hermosa y con un enorme talento, pero era de rancho y ahí se quedó; y Hillary Clinton, porque es una persona admirable que nos ha enseñado a darle vuelta a la página, porque lo importante no es lo que te pase a ti únicamente, sino lo que ocurre en el mundo. Hillary siempre se ha interesado en los demás, en lo que es conveniente para el pueblo y ha trabajado muy bien, ¡ojalá llegue a más!
¿Qué haces para cuidar tu salud?
Me preocupo por cuidarme por dentro, porque hay alimentos o aun pláticas e instituciones que enferman a la gente, sobre todo las religiosas; por eso siempre me cuido mucho de no decir en qué creo, porque si lo hago, tú vas a decirme otra cosa y vamos a terminar en una discusión sin sentido. Además, nunca nadie ha visto a Dios, así que puede ser muy particular el Dios de cada quien.
¿Entonces te ocupas más de la mente que de cualquier otra cosa?
¡Claro! Me cuido mucho más de la mente que del cuerpo y, antes de tomar mi Ensure Advance, todas las mañanas me pongo a meditar, porque después de un estrés horrible o de haberte enfadado, todo te va a hacer mal y los ácidos gástricos son la peor cosa del mundo, por eso es que primero me ocupo del aspecto mental.
¿Qué proyectos tienes en puerta?
El 29 de septiembre tuve un concierto en el Lunario, presenté el disco de mis 30 años en los escenarios y tengo planeado un nuevo disco; por supuesto, seguir con SuSana Adicción, que para mí es una ventana al mundo desde la televisión, con artistas con los que si bien hablamos de estupideces, también nos visitan escritores, nutriólogos e innumerables personas que me ayudan a decirle al mundo todo lo que siento y quiero.
¿Sigues con tu proyecto de filantropía en los pueblos de México?
¡Sí sigue! Es una camioneta que va a los pueblos más recónditos y lejanos para informar a las mujeres cómo auto-explorarse para prevenir el cáncer, porque lamentablemente hay mucha gente que no sabe y que no se da cuenta de que el cáncer avanza. También es muy interesante ver qué pasa en ciertos lugares que registran más casos de cáncer, quizá será el agua contaminada o el aire que respiran, no lo sé, pero en Monclova tenemos a Altos Hornos de México y hay alta incidencia de cáncer de páncreas. ¿Tú por qué crees que sea? Nadie habla de eso, pero los trasplantes de órganos están a la orden del día y en Houston todos se hacen millonarios.
¿Qué les dices a las lectoras de Kena?
Agradezco la oportunidad y me gustaría decirles que siempre tengan presente que nadie va a hacer nada que ellas no hagan por ellas mismas, es decir, el auto-cuidado y la buena alimentación son su responsabilidad. Por eso, en lugar de comprarse la bolsa de marca porque su amiga la trae, o pensar que la tristeza se alivia con una cirugía plástica, les tengo noticias: eso no va a pasar. ¡Hagan cosas satisfactorias y maravillosas para que, cuando sean mayores, tengan bellos recuerdos y los compartan! Que los demás conozcan lo que vivieron y cómo lo hicieron, porque no habrá un hombre que lo vaya a hacer por ti, esos vienen y van a cada rato.
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