El trastorno de alimentación selectiva, también conocido como Trastorno de Alimentación Selectiva (TAS) o Selective Eating Disorder (SED) en inglés, es una condición en la que una persona muestra una fuerte preferencia por alimentos específicos o grupos de alimentos, y rechaza consistentemente otros alimentos, a menudo limitando su dieta a solo unos pocos elementos.

Esto puede ser más que una simple preferencia y puede resultar en una dieta extremadamente limitada que puede afectar la salud y el bienestar de quien lo padece.

Las personas con trastorno de alimentación selectiva a menudo pueden experimentar ansiedad o aversión hacia ciertos alimentos debido a factores sensoriales, como textura, olor o sabor. Este trastorno puede ser más común en niños, pero también puede persistir en la edad adulta.

El tratamiento puede implicar terapia conductual o terapia ocupacional para ayudar a las personas a expandir su dieta y mejorar su relación con la comida.

Uno de los estudios más importantes sobre el trastorno de alimentación selectiva (TAS) es el que se publicó en la revista Journal of Child Psychology and Psychiatry en 2015. El estudio encontró que el TAS era un trastorno psiquiátrico común en los niños y que se asociaba con una serie de problemas emocionales y sociales.

Trastorno de alimentación selectiva, ¿te identficas? Foto Athena Pexels

Trastorno de alimentación selectiva, ¿te identficas? Foto Athena Pexels

Síntomas de una persona con Trastorno de alimentación selectiva

Las personas que padecen el trastorno de alimentación selectiva (TAS) pueden mostrar una serie de signos y síntomas que pueden variar en gravedad. Algunos de los signos comunes incluyen:

Rechazo constante de alimentos:

Las personas con TAS suelen rechazar una amplia variedad de alimentos, limitando su dieta a un número muy reducido de alimentos o grupos de alimentos específicos.

Preferencias alimentarias muy estrictas:

Tienen preferencias alimentarias extremadamente estrictas basadas en la textura, el color, el olor o el sabor de los alimentos.

Resistencia a probar alimentos nuevos:

Pueden resistirse a probar alimentos nuevos o desconocidos y pueden mostrar ansiedad o aversión ante la idea de hacerlo.

Dieta desequilibrada:

Como resultado de sus preferencias alimentarias, es probable que tengan una dieta desequilibrada y carezcan de variedad nutricional.

Malestar o ansiedad relacionados con la comida:

Pueden experimentar ansiedad o malestar alrededor de las comidas, lo que puede afectar sus relaciones sociales y su calidad de vida.

Dificultades sociales:

El TAS puede tener un impacto en las relaciones sociales, ya que las personas pueden sentirse incómodas al comer en público o en reuniones sociales debido a sus restricciones dietéticas.

Problemas de salud:

A largo plazo, una dieta extremadamente limitada puede llevar a deficiencias nutricionales y problemas de salud, como bajo peso o problemas digestivos.

Es importante tener en cuenta que estos signos pueden variar de una persona a otra, y no todas las personas con TAS experimentarán todos estos síntomas.

Si sospechas que tú o alguien que conoces podría tener TAS, es fundamental buscar la evaluación y el tratamiento de un profesional de la salud, como un dietista, un terapeuta o un médico especializado en trastornos alimentarios. El tratamiento puede ayudar a ampliar la variedad de alimentos en la dieta y mejorar la relación con la comida.



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