En un mundo donde las adversidades pueden parecer abrumadoras, la historia de Flor nos recuerda que la esperanza y el amor son más poderosos que cualquier diagnóstico. Flor es una madre orgullosa de una hermosa hija, una trabajadora incansable y una amante de la vida. Sin embargo, su vida dio un giro inesperado en 2020 cuando recibió la noticia devastadora de que padecía mielofibrosis primaria, un tipo poco común de cáncer de médula ósea.

A pesar del miedo y la incertidumbre que acompañan a un diagnóstico de cáncer, Flor encontró en su lucha una razón para seguir adelante. “Hoy soy una persona profundamente feliz”, comparte con una sonrisa que irradia gratitud. Su felicidad, dice, proviene de una segunda oportunidad de vida, gracias a un trasplante de células madre que la salvó.

“Al principio pensé que no lo lograría, que la batalla sería demasiado dura”, confiesa. Pero con el apoyo de su familia, amigos y un equipo médico excepcional, Flor no solo ha superado la enfermedad, sino que también ha encontrado un nuevo propósito en su vida. “Estoy aquí, llena de vida, esperanza y gratitud”, añade, mientras mira a su hija, quien es su mayor inspiración.

La historia de Flor es un testimonio de la resiliencia humana y de cómo el amor puede ser un motor poderoso en los momentos más oscuros. Su mensaje es claro: nunca hay que perder la fe, y siempre hay razones para seguir luchando.

Vista lateral de una chica atractiva sosteniendo una taza mientras mira cuidadosamente por la ventana en casa

Un “Sí” que me permitió seguir abrazando a mi hija

Yo soy Flor, orgullosa mamá de una hija hermosa, trabajadora incansable y amante de vivir. Mi vida cambió cuando en 2020 fui diagnosticada con mielofibrosis primaria, un tipo poco común de cáncer de médula ósea que altera la producción normal de células sanguíneas del cuerpo. Hoy soy una persona profundamente feliz. Esa felicidad nace de una segunda oportunidad de vida, gracias al trasplante de células madre que me salvó la vida y, aunque al principio pensé que no lo lograría, hoy estoy aquí, llena de vida, esperanza y gratitud.

Me dieron mi diagnóstico en plena pandemia, un momento donde el miedo ya era parte del día a día y, de pronto, ese miedo se multiplicó. Mi vida se puso en pausa hasta que supe que, para este tipo de enfermedades, una opción de tratamiento es el trasplante de células madre. Así que, en medio de esa preocupación, encontré una luz, encontré a mi donador de células madre gracias a NMDP México®, la organización sin fines de lucro que se encarga, entre otras cosas, de conectar a potenciales donadores de células madre con un paciente que lo necesita y que tiene la misión de salvar vidas.

Vista lateral de la mujer en casa durante la pandemia asomando por la ventana

Posibles transplantes

Mi médico fue quien me habló del trasplante de células madre como opción de tratamiento, ya que éste puede tratar enfermedades como la leucemia, o algún desorden en la sangre como la anemia, entre otras más de 75 enfermedades incluyendo algunas menos comunes como la mía.

Seguramente estás pensando lo mismo que yo en ese momento:  necesitaba acudir a mi familia para ver quién era genéticamente compatible conmigo para donarme células madre. Pero lamentablemente, no encontré compatibilidad dentro de ella. En ese momento aprendí que uno de los retos más importantes es que solo 30% de las personas que necesitan de un trasplante de células madre, encuentran a su donador compatible dentro de su familia. El resto, depende de donadores altruistas para tener una esperanza de vida. Entonces mi médico me contó de NMDP México®, una organización maravillosa que acompaña a pacientes como yo a lo largo de todo el proceso, incluyendo becas y apoyo psicológico tanto para mí como para mi cuidadora primaria, pero, sobre todo, dan esperanza.

Desde el diagnóstico, me sumergí en todo lo relacionado con el trasplante de células madre. Lo leí todo, me informé y me aferré con todas mis fuerzas. Y cuando me avisaron que habían encontrado a mi donador, comenzó mi camino hacia una nueva vida. Mi trasplante se realizó en 2024 y nunca olvidaré esa noche. Cuando las células madre entraron a mi cuerpo, sentí que me estaba entrando una nueva vida. Era magia. Era la generosidad de un desconocido, un regalo de amor absoluto.

Triste joven en casa

Un reto arduo

Durante todo el proceso hubo muchos momentos difíciles. Días en los que levantarme era un reto. Pero no podía caer, porque si yo me caía, también caía mi hija, ella fue mi apoyo incondicional. Mientras estudiaba medicina, también me cuidaba con un amor que no se puede explicar. Hoy ya es doctora, y pude estar en su graduación gracias a mi donador.

A lo largo de todo el proceso encuentras mucho amor, te sorprende la cantidad de bendiciones que recibes y te das cuenta de que no estás sola. La organización, los médicos, mi familia y desde luego mi donador, me iban quitando esa angustia, estando conmigo en mis momentos más vulnerables.

Nadie merece un abrazo tan grande como el que le quiero dar a mi donador. Yo solo espero que sepa que es una persona que tiene una magia especial, y que seguramente a pesar del miedo dijo Sí voy a donar. Gracias a él hoy tengo la posibilidad de algún día conocer a mis nietos.

Cuando escucho que alguien menciona NMDP México®, me vuelvo a emocionar. Sin ellos no lo hubiera logrado, fueron infinitamente generosos en encontrar a mi donador. Hoy quiero invitarlos a sumarse a su registro, estoy segura de que esas personas que tienen el corazón de registrarse como potenciales donadores son los que pueden hacer un cambio en el mundo. Piensen qué hermoso… a través de decir SÍ a donar, existen padres que siguen teniendo a su hijo, que los hijos siguen teniendo a sus padres y que todo sea porque levantaste la mano y tomaste acción.

Uno nunca sabe si en algún momento te tocará a ti ser quien reciba esa bendición.  Es gracias a estas personas que somos un mundo mejor. Desde mi lugar yo seguiré apoyando siempre esta causa, para mí no hay mayor felicidad que poder quitarle el dolor a alguien que está pasando por lo mismo. Imaginen poder decir: en esta vida, yo pude salvar la vida de alguien más.

Chica móvil



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