La vigorexia es un trastorno psicológico caracterizado por una obsesión excesiva por el desarrollo muscular y la apariencia física.

Las personas con vigorexia suelen dedicar una cantidad excesiva de tiempo al ejercicio, tener una dieta muy restrictiva y utilizar suplementos o esteroides para aumentar la masa muscular.

Este trastorno puede tener graves consecuencias para la salud física y mental de quienes la padecen. Es importante buscar ayuda profesional si sospechas que estas experimentando síntomas de vigorexia.

Síntomas más comunes de vigorexia 

  • Obsesión por el tamaño y la definición muscular.
  • Ejercicio compulsivo, incluso cuando hay fatiga o lesiones.
  • Preocupación extrema por la dieta y la nutrición.
  • Uso de esteroides u otras sustancias para aumentar la masa muscular.
  • Ansiedad o depresión relacionada con la imagen corporal.
  • Aislamiento social debido a la dedicación excesiva al ejercicio.
  • Distorsión de la percepción del propio cuerpo, viéndose como débil o poco musculoso incluso si están en buena forma física.
  • Negación de los problemas relacionados con el ejercicio o la alimentación.
Vigorexia, se nos puede salir de control. Foto @fentonroma143, Freepik

Vigorexia, se nos puede salir de control. Foto @fentonroma143, Freepik

¿La edad importa?

Puede afectar a personas de cualquier edad, género o grupo demográfico, pero generalmente se observa con mayor frecuencia en adolescentes y adultos jóvenes.

Esto se debe a que en estas etapas de la vida hay una mayor presión social para cumplir con ciertos estándares de belleza y una fuerte influencia de las redes sociales que promueven un ideal de cuerpo musculoso.

5 herramientas para combatir este trastorno

  1. Terapia psicológica. La terapia cognitivo-conductual (TCC) u otras formas de terapia, ayudan a identificar y cambiar los pensamientos y comportamientos negativos relacionados con la imagen corporal y el ejercicio.
  2. Educación nutricional. Trabajar con un nutricionista o dietista ayuda a establecer una relación saludable con la comida y evitar patrones alimentarios restrictivos o poco saludables.
  3. Ejercicio moderado y variado. Fomentar la práctica de actividades físicas que se disfruten y que promuevan la salud en lugar de centrarse exclusivamente en el aspecto estético o el aumento de la masa muscular.
  4. Apoyo social. Buscar el apoyo de amigos, familiares o grupos proporciona un entorno de comprensión y ayuda para superar los desafíos asociados con la vigorexia.
  5. Autoaceptación y autocuidado. Fomentar la aceptación del propio cuerpo y practicar el autocuidado emocional y físico, ayuda a reducir la ansiedad y mejorar la autoestima. Esto puede incluir actividades como la meditación, el yoga o la atención plena.

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Foto principal: @pressfoto, Freepik


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