“¡Eres más malo que la carne de cerdo!” ¿Quién no ha escuchado esta frase? Sin embargo, no hay nada más engañoso. Ni la carne de cerdo es mala ni transmite enfermedades.

Expertos en alimentación, veterinaria y nutrición para que nos digan por qué la carne de cerdo no es la mala del cuento nos cuentan:

  1. Es la carne más grasosa

¡Falso!

Si bien es cierto que los primeros cerdos que habitaron la Tierra tenían muy poca genética de selección para su consumo saludable, eso ha cambiado con el paso del tiempo.

“Los hábitos alimenticios cambian con el tiempo. Hoy ya se venden cerdos realmente magros, con muy poco porcentaje de grasa en sus cuerpos. Son animales muy jóvenes que han tenido una dieta muy estricta y no les ponen mucha grasa adentro. Porque lo que engorda en realidad es la grasa que se pone de manera subcutánea, no la interna, que es muy poca”, aseguran los expertos.

Un cerdo normal contiene una grasa interna de entre 2% y 3%, mientras que la carne de res puede tener hasta 5%. De hecho, hay cortes de la carne de puerco que pueden llegar a tener menos grasa que la de cabra o la de borrego.

Eso sí, hay porcinos como el “Pelón mexicano”, que son criados para elaborar tocinos y jamones. O cerdos como el “Ibérico”, que también contienen un alto índice de grasa. Pero eso es otro tema.

  1. Transmite enfermedades

¡Falso!

Los informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que “el consumo excesivo de carnes rojas” puede traer problemas como enfermedades cardiovasculares o incluso cáncer de colon. Pero en ninguna parte se especifica que sólo la carne de puerco es mala.

“La carne de cerdo es bastante nutritiva. Obviamente, como todos los alimentos, su consumo excesivo puede derivar en problemas cardiovasculares o digestivos. Pero con una dieta balanceada, el cerdo es sumamente benéfico. Lo que sí puede generar problemas son sus derivados, como el chicharrón o el tocino, porque son productos altos en colesterol y grasas saturadas”, considera Verónica Cano, nutrióloga del Centro Médico Nacional Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

La experta en nutrición sostiene que es rica en proteínas, aminoácidos esenciales y minerales. Y sobre todo en vitaminas que, afirma, es difícil encontrar en alimentos de origen vegetal, como la B6, que ayuda a la producción de anticuerpos, hemoglobina y a mantener las funciones neurológicas estables, y la B12, que contribuye a la formación de glóbulos rojos en la sangre y a facilitar el metabolismo de las proteínas.

“De hecho, la carne de cerdo es buena para la gente que padece gota, ya que contiene ácidos grasos insaturados y tiene más potasio que sodio”, añade María Rubio Lozano, veterinaria de la UNAM especializada en porcinos.

  1. Sus tacos son los que más engordan

¡Falso!

Comúnmente se cree que los tacos al pastor son los que más engordan. O las carnitas. Sin embargo, un taco de barbacoa o de suadero puede llegar a ser mucho más grasiento. Todo depende del corte de la carne.

En el caso de los tacos al pastor, la mayoría están preparados con lomo de cerdo, una de las piezas más sanas y magras del porcino, asegura Roberto Mendieta, pastorero de El Tizoncito con más de 20 años de experiencia en el negocio de los tacos.

“Todo depende de la parte del animal con que se hagan los tacos. La carne ideal es aquella que tiene certificación TIF (Tipo Inspección Federal), que otorga el gobierno a las carnes que derivaron de un proceso en perfectas condiciones sanitarias”, dice Mendieta.

“Sería ideal que todas las taquerías que compren carne TIF hicieran saber a sus consumidores lo que eso significa: que están comiendo una carne de calidad con todos los controles sanitarios aprob0ados a nivel nacional e internacional”, apunta Rubio Lozano.

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