Dormir tiene relación directa con cómo nuestro cuerpo procesa la alimentación. Hay que estar atentos y evitar trastornos que dificulten el descanso.

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La nutrición va más allá de la dieta.

Es importante mencionar que cuando nos referimos a dieta como al patrón de alimentación que llevamos a diario, no a las dietas extremistas, generales y restrictivas que están de moda y se vuelven tendencia. Una buena nutrición se lleva de adentro hacia afuera, priorizando el balance hormonal. Los ciclos de sueño y el manejo del estrés involucran hormonas importantes, que afectan de una manera u otra el progreso nutricional.

Cuando hablamos de nutrición, hablamos de salud y bienestar. La alimentación es solo una parte de la ecuación. El buen manejo del estrés, realizar actividad física, el buen descanso y la hidratación también forman parte de la ecuación.

Anteriormente el sueño era un tema que no se tomaba en consideración cuando hablábamos de la pirámide del bienestar. Ni siquiera era nombrado como un patrón importante en la nutrición. Los ciclos de sueño eran un aspecto que pasaba desapercibido, sin considerar el impacto no solamente fisiológico sino también metabólico que tiene en nuestro organismo.

El sueño afecta prácticamente todos los tejidos y sistemas presentes en nuestro organismo (desde nuestro cerebro hasta el corazón, pulmones, metabolismo, sistema inmunológico, estados de ánimo y riesgo a enfermedades futuras).

Estudios muestran que tener un mal hábito de sueño incrementa las probabilidades de tener enfermedades crónicas como problemas de tensión, enfermedades cardiovasculares, diabetes, depresión y síndrome metabólico, incluso resultando en una consecuencia: la obesidad. Al tener mala calidad de sueño, aumentamos la sensación de hambre y los antojos por descontrol a dos hormonas asociadas a esto: grelina y leptina.

Por otra parte, si no nos preocupamos por nuestros niveles de estrés va a ser mucho más difícil bajar de peso. ¿Por qué?

Estas son las razones

1. Estar estresados hace que nos provoquen más «antojos» de lo habitual, y lo más seguro es que estos antojos no sean las mejores elecciones.

2. Afectas de una manera u otra el funcionamiento adecuado de tu metabolismo.

3. Drena tu energía, y probablemente hará que no quieras entrenar porque “estás muy cansado/a”. Se relaciona mucho con el desgaste emocional.

4. Interfiere con tus ciclos de sueño, hace más difícil llegar a sueño profundo y por tanto desbalancea tu salud hormonal.

5. Hará que sea más difícil que te pongas retos a largo plazo, porque el estrés nos hace desenfocarnos de nuestros objetivos.

Los ciclos de sueño y buen manejo de estrés forman parte del progreso nutricional, la nutrición es darte amor propio, amarte por sobre todas las cosas y ponerte como prioridad no sólo a nivel de alimentación sino a nivel de salud hormonal, te ayudará alcanzar tus objetivos, te permitirá sostenerlo en el tiempo y sobre todo te asegurará lo más importante: SALUD. La recomendación es vigilar los periodos de sueño y atender con diligencia si existe algún trastorno que perturbe el descanso por menos de 8 horas diarias, que son las recomendadas.

Por Victoria Crincoli – @VivaHealthier


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